España

«Buena sintonía» entre Santamaría y Junqueras que podrían verse antes de final de año

  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

La conocida como «Operación Diálogo”, abierta entre el Gobierno y la Generalitat, avanza con buenas sensaciones por ambas partes. La vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría, a quien Rajoy encargó el difícil cometido de trabajar en el deshielo con el Ejecutivo catalán está satisfecha por la sintonía con su interlocutor, Oriol Junqueras. Ambos tienen pendiente un encuentro en Barcelona que, según distintas fuentes, podría producirse antes de final de año.

La propuesta de una reunión formal fue iniciativa del propio Junqueras, quien, el pasado 21 de noviembre,envió una carta a Santamaría en la que la invitaba a encontrarse en Barcelona para avanzar en un “diálogo que trascienda las conocidas y, tal vez, evitables discrepancias sobre el referéndum previsto para septiembre de 2017”.

“Nada nos alegraría más que llegar a acuerdos que repercutan en beneficio del Bienestar social y una economía próspera en un momento tan complejo como el actual cuando se vislumbra con esperanza una salida a la crisis, pero a su vez con una sociedad mayormente empobrecida y más desigual”, dice Junqueras en su carta, en la que emplazaba a Santamaría a “visitar Barcelona para mantener un encuentro formal”.

Reuniones con empresarios

Antes de esa reunión,  Santamaría tiene previsto viajar en los próximos días a la Ciudad Condal para mantener distintos encuentros con empresarios y miembros de la sociedad civil. La vicepresidenta, y ministra de Administraciones Territoriales, está decidida a mantener una presencia continua en esta comunidad. Tanto así que, como se sabe, contará con despacho propio en la Delegación del Gobierno catalán, al lado del que ocupa el nuevo delegado, Enric Millo.

Fuentes de Moncloa insisten en que la intención de Santamaría es gestionar sobre terreno la agenda catalana, que ocupa buena parte de sus primeras semanas de legislatura.

En vicepresidencia se analizan con atención el dossier de 46 puntos que Puigdemont entregó a Rajoy, el pasado abril. Esas mismas fuentes explican que el diálogo avanza, que la sintonía entre los interlocutores es muy buena,  pero siempre con las debidas prudencias que requiere este tipo de situaciones. Aunque ningún acuerdo  será posible, avisan esas fuentes, si desde el Govern se sigue anteponiendo el referéndum a las otras 45 propuestas.

Convencer a los independentistas de que desistan de ese referéndum es, sin duda alguna, el gran cometido de Vicepresidencia. Saben que no será fácil. Más aún en vistas de debates tan intensos como el que se vivió la pasada semana en el Congreso, cuando el portavoz del PDECat, Francesc Homs, interpeló a Santamaría por esa ‘carpeta’ y los cumplimientos del Ejecutivo.

La vicepresidenta invitó a la Generalitat a superar la fase de reproches y a centrarse en lo «tangible», con un diálogo sincero desde la lealtad institucional y no desde el enfrentamiento y para ilustrar la necesidad de caminar por esa vía señaló, por ejemplo, que en los últimos meses, ella y el responsable del departamento de Exteriores de Cataluña, Raül Romeva, han conseguido resolver el 40% de los litigios.

No obstante, el referédum es «línea roja» para el Gobierno. Innegociable de todas las maneras. Santamaría insiste en que la soberanía pertenece al conjunto del pueblo español y emplaza a los secesionistas promover una reforma constitucional.

«Cuando uno pretende modificar un marco que afecta a todos tiene que saber muy bien a quién ha de hacer la pregunta para encontrar la verdadera respuesta. Si usted quiere cambiar el marco de organización que el conjunto de los españoles nos dimos, es al conjunto de los españoles a quien debe hacer esa pregunta», advirtió en el Congreso.