Homenajes a etarras

Bildu rinde homenaje al etarra al que mató su propia bomba: «Fue un accidente en combate»

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Pelayo Barro

Bildu y su ecosistema de organizaciones satélites no han dejado de homenajear a etarras, confirmando que la declaración de Arnaldo Otegi sobre el dolor de las víctimas fue una impostura. El último de esos actos tuvo lugar en Lequeitio (Vizcaya), donde las juventudes de Sortu -la formación de la que proviene Otegi- rindieron homenaje a Francisco Javier Goitia Elordi, alias Kabi, fallecido tras explotarle la bomba que fabricaba en Bilbao en 1991. Califican su muerte como «un accidente en combate».

Nada ha cambiado en la izquierda abertzale, a pesar de los intentos del Gobierno socialista de dibujar un nuevo EH Bildu libre de la huella del terrorismo etarra. Un socio legítimo con el que pactar, entre otras cuestiones, los Presupuestos Generales del Estado.

La prueba de ello está en los homenajes a etarras por parte de Sortu, plataforma integrada en Bildu. Este domingo tuvo lugar el último de los registrados y fue Kabi su protagonista. Un muerto en «accidente de combate», según Sortu, al que en realidad le mató su propia bomba. En aquella explosión accidental estuvo a punto de llevarse por delante un edificio plagado de familias en Bilbao.

Bombas contra policías

Javier Goitia falleció en un piso de Bilbao hace justo ahora 30 años cuando el detonador de una de las bombas que fabricaba para el Comando Txapalparta se activó de forma imprevista. La explosión le cogió con el rostro pegado al artefacto, por lo que quedó totalmente desfigurado.

La Policía detectó en ese piso un total de 70 kilogramos de explosivo amonal, Goma 2 y pentrita. Una cantidad suficiente como para volar todo el edificio y matar a todos sus ocupantes. Sin embargo, el detonador no activó el resto del material explosivo y sólo le costó la vida al etarra. Entre la documentación incautada figuraban datos precisos para cometer atentados contra miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en Bilbao.

Este domingo, en Lequeitio -de donde era natural y donde fue enterrado- Sortu le recordó en un acto público en el que, sin embargo, ni se le nombró. Una estrategia para evitar problemas legales. La plaza donde se celebró el homaneje estaba presidida por un cartel que rezaba «Askatasunaren hegal azpian, kabia egiten ohituak gaude» («Debajo del ala de la libertad, estamos acostumbrados a hacer nidos»). El cartel incluía en un tamaño destacado la palabra Kabia («nidos»), de forma que, con el juego de palabras, a ningún asistente le quedaron dudas de qué hacían allí.

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