España

Los belgas se ríen en su carnaval del delirio separatista de Puigdemont y su alianza con los ultras de Flandes

El ex president fugado Carles Puigdemont ha sido uno de los protagonistas en los famosos carnavales de la localidad flamenca de Aalst, en Bélgica, cerca de Bruselas. De alguna manera, Puigdemont ha logrado «internacionalizar el conflicto», ambición de los separatistas catalanes en la que invirtieron varios millones de euros en los últimos años. Pero por motivos completamente opuestos: las andanzas de Puigdemont y las alianzas que ha tejido con los ultra derechistas flamencos han sido motivo de burla en las fiestas.

En el desfile de carrozas un grupo de ciudadanos escenificó una suerte de marcha catalanista en la que se caricaturizaba el procés en cada detalle. Un altivo Puigdemont comandaba una comitiva de la llamada ‘Nueva Alianza Catalana’ (NCA), un juego de palabras imitando el logo de la N-VA, la Nueva Alianza Flamenca de extrema derecha y xenófoba que se ha convertido en el único apoyo internacional de ex president catalán en su deriva secesionista.

En esa carroza figuraban también los supuestos líderes de este partido: en realidad, eran las caras de algunos dirigentes de la N-VA con los nombres modificados de forma humorística a la española. Destaca la rebautización del dirigente ultra y ex alcalde de Lubeek Theo Franken como ‘Theo Franco’, claro mensaje sobre la opinión que merece a los protagonistas del carnaval belga el ‘procés’.

Oto detalle se encuentra en las esteladas que portaban los miembros de la comitiva, sustituyendo la estrella blanca que identifica la bandera separatista por una nube en plena tormenta. Junto a ellos, varias personas marchaban junto a burros catalanes ataviados con los colores de la estelada.

Unas 80.000 personas acudieron a este desfile carnavalesco, según los datos del Ayuntamiento, disfrutando de este y otros temas en las burlas: el líder norcoreano, Kim Jong-un, también fue protagonista de otra de las carrozas participanes, a lomos de un cohete o sobre Donald Trump, en uno de los desfiles con más arraigo en Europa.