España
Elecciones Generales 2019

Albert Rivera: la eterna promesa

Albert Rivera lleva 18 años siendo la eterna promesa de la política española. Sostén del Gobierno de Rajoy hasta la moción de censura, el partido de Rivera puede llegar al Ejecutivo de la Nación por primera vez en su historia en una coalición con el PP.

Albert Carlos Rivera Díaz (Barcelona, 1979), conocido como Albert Rivera y presidente de Ciudadanos, lleva 18 años siendo la eterna promesa de la política española. Las primaveras llovidas desde que en 2001 ganó la Liga Universitaria de Debate con la Ramón Llull defendiendo la prostitución como una profesión más.

Licenciado en Derecho y Máster por ESADE (1997-2002), hizo cursos del doctorado en Derecho Constitucional en la Autónoma de Barcelona (2002-2004) y tiene estudios en la Universidad de Helsinki (2001) y un curso en Marketing Político en la George Washington (2009) de Estados Unidos.

Una formación excelsa para el hijo de un familia de comerciantes -padre catalán y madre andaluza- que sigue abriendo cada mañana su ferretería de Granollers pese al odio con que los lazis pintan su persiana de amenazas independentistas.

De 2002 a 2006 trabajó en La Caixa como asesor jurídico y fue en esta etapa en la que empezó a emerger su futuro como líder político, bajo el padrinazgo de dos destacadas figuras: su profesor en la Autónoma de Barcelona, el catedrático de Derecho Constitucional y uno de los fundadores de Ciudadanos, Francesc de Carreras, y el entonces director general de su empresa, Isidre Fainé. Su padre político y su padre en el Ibex. Con todo, en un momento inicial se interesó por las Nuevas Generaciones del PP para después afiliarse a UGT, sindicato que abandonó el año pasado por su apoyo a los golpistas catalanes.

Con aquella performance nudista y un discurso contra la imposiciones soberanistas, ‘Riverita’ salió elegido diputado

En 2005 nació la plataforma cívica Ciutadans de Catalunya, integrada entre otros por De Carreras, Arcadi España, Albert Boadella, Xavier Pericay o Antonio Robles, y al año siguiente se convirtió en Bellaterra en partido político para aspirar a las elecciones autonómicas de Cataluña. Este grupo de intelectuales nació sin una cabeza visible y la encontraron por sorteo. «Ciutadans nace sin líder, y cuando tiene que inventárselo lo resuelve con prisas y por orden alfabético de una lista donde la singularidad (o la artimaña) hace que no sea el apellido sino el nombre el que decide la elección. Si Rivera en vez de llamarse Albert se hubiera llamado Xavier hoy no lo conocería nadie», escribió Boadella en su blog.

El ‘striptease’

Así, Albert decidió dar el paso y no tuvo reparo en que lo desnudaran para el hiperfamoso cartel electoral en la que lucía pechuga como su madre lo trajo al mundo, con sus manos a modo de taparrabos y el lema: «Sólo nos importan las personas. Nos importas tú». El nacionalismo catalán ya andaba por entonces conqueteando con el ideario de la independencia. La artífice de aquel striptease de Naranjito, como le llaman sus detractores, fue luego, cosas del destino, la jefa de prensa de Pedro Sánchez, Verónica Fumanal, cuando cerró con Rivera el Pacto del Abrazo para la investidura fallida.

Con aquella performance nudista y un discurso contra las imposiciones soberanistas y la inmersión lingüística, Riverita salió elegido diputado en el Parlament de Cataluña. Fueron los años en que se fajó en el escaño contra el tripartito de Montilla, el filibusterismo y las soflamas de los pre-secesionistas. Algo debió hacer bien en aquellos inicios cuando los intolerantes le enviaron una carta con una bala incrustada en la frente de una foto suya.

En 2008 concurrió por primera vez a las generales pero no consiguió llegar al Congreso, hecho que se produjo siete años después ya con el partido desplegado a nivel nacional desde 2013 a través de la plataforma Movimiento Ciudadano. Aquellos cinco años fueron los de la travesía en el desierto, los de dura oposición en Cataluña y exposición mediática en Madrid, acudiendo a la tertulia estrella de Intereconomía mucho antes que Pablo Iglesias. En esta etapa conoce a Santiago Abascal y a Pablo Casado.

Sostén de Rajoy hasta la moción de censura, Rivera puede llegar al Ejecutivo por primera vez en su historia en coalición con el PP

Albert Rivera en la manifestación de Colón

A hombros

Allá por 2009, Ciutadans concurrió a las europeas de la mano del partido irlandés Libertas, siendo cabeza de lista Miguel Durán, ex director general de la ONCE. Y en 2010, Rivera, defensor de las corridas de toros, salió a hombros de la Monumental de Barcelona en 2010 junto al maestro Serafín Marín, hoy en las filas de VOX y número 3 por esta circunscripción a la Cámara baja el próximo 28A.

Unos meses antes de que Podemos que se presentara en sociedad allá por enero de 2014, Ciutadans dio el salto al albero nacional con una rueda de prensa en la que participaron el propio Rivera, Juan Carlos Girauta, que había tenido vínculo con el PP, y el desaparecido exministro socialista Antonio Asunción. Fue toda una declaración de intenciones del objetivo naranja: ser la fuerza hegemónica del centro político en España, como lo fue en su día la UCD de Adolfo Suárez, ídolo de Rivera.

Y en ello anda esta fuerza que consiguió 40 escaños en 2015 y 32 en 2016 con un programa socialdemócrata para abrazar el liberalismo desde el cónclave de Coslada de 2017. Sostén del Gobierno de Rajoy hasta la moción de censura, el partido de Rivera puede llegar al Ejecutivo de la Nación por primera vez en su historia en una coalición con los populares. El problema está en que si no lo consigue, al líder centrista le irán quedando menos vidas, como a los gatos. Y hay un valor al alza en su partido, que a diferencia de él, sí sabe ganar unas elecciones: Inés Arrimadas. A lo mejor el Macron español debe tener nombre y arrojo de mujer.