Desánimo y un goteo de deserciones en los ‘pedristas’ por las dudas de Sánchez

Sánchez
El ex líder del PSOE, Pedro Sánchez. (Foto: EFE)
Luz Sela
  • Luz Sela
  • Periodista política. En OKDIARIO desde 2016. Cubriendo la información del Congreso de los Diputados. Licenciada en Periodismo por la Universidad de Santiago de Compostela. Antes, en COPE, ABC Punto Radio y Libertad Digital.

Lo que hace apenas dos meses era la gran certeza es ahora la principal incógnita. La actitud de Pedro Sánchez, silente y en un “mar de dudas” empieza a desanimar incluso a su guardia de corps, los ‘pedristas’ que resisten aún a las deserciones en el núcleo de confianza del exsecretario general.

Sánchez sigue anclado en la indefinición. Ni un paso adelante ni atrás. No hay decisión tomada, reconocen en este círculo. “Nada es ya seguro”, admite uno de los dirigentes que aún se mantiene apegado al exdirigente socialista. De la euforia inicial que el propio Sánchez alimentó cuando, tras renunciar al acta como diputado, avanzó su plan para recuperar a la militancia, se ha pasado al desánimo y de ahí, a la indiferencia.

Esa es la sensación que se percibe ahora cuando se pregunta al ‘pedrismo’ por las cartas de Sánchez. Su renuncia a competir por el liderazgo del partido le llevaría a caer en el olvido. A desaparecer de la primera, y segunda, línea política. Pero eso no parece ya preocupar a sus más próximos. “Él verá lo que hace”, apunta rotundo uno de ellos.

El contacto con sus afines no es frecuente. Algunos admiten que no hablan desde hace semanas y reconocen también que, lo que antes era comprensión, empieza a ser hartazgo. Lo mismo sucedió, recuerdan, cuando Sánchez calibró su renuncia al escaño. Entonces, el socialista divagó entre las distintas opciones, se dejó asesorar por propios y extraños, buscó opiniones contrarias, antes de decidirse con apenas horas de antelación a la votación de investidura en el Congreso. “No hablo con él para no liarle aún más, hoy dice una cosa y mañana, la contraria”, admitió  en aquel momento uno de sus diputados más cercanos.

A Sánchez le frenan sobre todo dos cosas: la primera, la “traición” de quienes consideraba en su bando, en especial de quien fuera su secretario de Organización, César Luena y de la secretaria general de los socialistas vascos, Idoia Mendia. Ambos apuestan ahora por Patxi López como el candidato que podría canalizar a los críticos e, incluso, llegar a integrarse en el proyecto oficialista.

En el entorno ‘pedrista’ se asegura que Sánchez trata aún de digerir unas deserciones que le han llenado de desconfianza. La otra razón, aún sin aclarar, y en cambio decisiva, es si los militantes del PSC podrán o no votar al próximo secretario general. Un asunto que no es ni mucho menos baladí, considerando que la catalana es la segunda federación socialista de España en militantes por detrás de la andaluza y que si el censo no cuenta con esos 18.000 militantes-más afines a Sánchez- se favorecería a la candidatura oficialista.

El asunto se pondrá encima de la mesa del encuentro bilateral que ambos partidos mantendrán el próximo 27 de enero, dentro de las negociaciones para recomponer unas relaciones fracturadas desde el ‘no’ catalán a la investidura de Rajoy.

Entre tanto, el ‘pedrismo’ se desdibuja a golpe de dudas. La mayoría apuestan ya por una solución de consenso, por un aspirante capaz de “coser” a un PSOE que solo trata de recomponerse cuanto antes.

La intervención del presidente de la gestora, Javier Fernández, ante el Comité Federal, este sábado, dejó un poso amable y desconocido desde hace tiempo. Hubo aplausos, e incluso asentimientos del sector crítico cuando Fernández reclamó “lealtad”y dejar el “ombliguismo” para poner la lealtad al país “por encima de todo lo demás”. Aviso a navegantes. A la salida, hubo práctico consenso en que ése era el mensaje que el PSOE debería transmitir de ahora en adelante.

Un destacado dirigente autonómico lo resumió gráficamente: “Es hora de que se aparque el hooliganismo de la política”. Aunque trató de matizar que con ello no se refería al ‘pedrismo’, no hubo muchas dudas.

 

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