Educación

Ocidiomes: vivir un año académico en el extranjero, una experiencia que cambia la vida

Ocidiomes es sinónimo de experiencia. Casi cuatro décadas dedicadas a la enseñanza de idiomas y a la formación internacional avalan a una organización que, lejos de limitarse a dar clases, acompaña a los alumnos en una verdadera aventura educativa.

El programa ‘Año Académico’, disponible en Irlanda y Estados Unidos, permite a estudiantes de Secundaria y Bachillerato cursar un año completo o un trimestre en el extranjero, convalidable en España. Durante ese tiempo, los alumnos viven con familias anfitrionas o en residencias seleccionadas, asisten a colegios locales y se integran plenamente en su nueva comunidad.

Los niños vuelven bilingües, más abiertos y más inteligentes”, resume Marta Torrens, directora de Ocidiomes. “Han aprendido a adaptarse, a convivir y a ver el mundo desde otra perspectiva. Esa madurez les acompañará toda la vida.”

Confianza basada en la experiencia personal

Una de las razones por las que tantas familias confían en Ocidiomes es que el equipo conoce la experiencia de primera mano. Marta Torrens participó personalmente en el programa, y buena parte del equipo directivo —así como sus propios hijos— también lo ha vivido.

“Sabemos lo que sienten los padres y los chicos, porque hemos pasado por ello. Por eso ofrecemos acompañamiento total: desde la preparación previa hasta la adaptación en destino. Esa cercanía genera confianza, y eso es clave para que todo salga bien”, explica Torrens.

No se trata de enviar a un alumno “solo”, sino de ofrecerle una red de apoyo sólida. Antes de viajar, los estudiantes realizan un mes de formación de inglés en las academias de Ocidiomes -de forma presencial u online-, y tanto ellos como sus familias participan en reuniones informativas y de orientación.

Acompañamiento 24 horas: tranquilidad para las familias

Una vez en destino, cada alumno cuenta con un tutor disponible las 24 horas, que se convierte en su referente local y en un punto de comunicación directa con la familia.

“El tutor está ahí para todo: desde los primeros días de adaptación hasta cualquier duda o imprevisto. Los padres saben que hay alguien de confianza al otro lado, siempre disponible”, destaca la directora.

Esa presencia constante es una de las razones por las que el nivel de satisfacción alcanza el 90 % entre las familias. El seguimiento es continuo, tanto a nivel académico como personal, y se complementa con el apoyo de las familias anfitrionas o los responsables de las residencias.

Una experiencia académica y vital

La propuesta no sólo garantiza un aprendizaje lingüístico avanzado —los alumnos regresan con un nivel de inglés bilingüe—, sino también un desarrollo personal extraordinario. “Los chicos ganan autonomía, aprenden a gestionar su tiempo y a convivir con otras culturas. Muchos se hacen más seguros y resolutivos. Por eso, cuando vuelven, suelen pedir quedarse más tiempo”, asegura Torrens. De hecho, su propio hijo realizó tres cursos consecutivos con el programa: “Una vez que se adaptan, disfrutan plenamente de la experiencia”.

Todo incluido: organización y garantías

El precio del programa cubre todos los aspectos logísticos y académicos: matriculación, estancia en familia o residencia, pensión completa, colegios reconocidos, seguros médico y de responsabilidad civil, traslados, visado, curso previo de inglés y preparación para los exámenes de Cambridge.

El objetivo es que las familias no tengan que preocuparse por nada. Ocidiomes gestiona cada detalle, desde la elección del colegio hasta la supervisión académica y la convalidación final del curso en España.

Mirando al futuro: una inversión en educación y vida

Participar en el ‘Año Académico’ de Ocidiomes es mucho más que aprender inglés. Es vivir una experiencia de crecimiento que abre puertas. Los jóvenes que regresan lo hacen con una mentalidad más global, mejor preparados para los retos del futuro y con habilidades que van más allá del aula: empatía, liderazgo, comunicación y adaptabilidad.“Haber vivido fuera, hablar inglés con naturalidad y saber desenvolverse en cualquier entorno les da una ventaja enorme de cara al futuro.”, señala Torrens. 

Por eso, en Ocidiomes no sólo enseñan idiomas: enseñan a mirar el mundo con curiosidad, respeto y confianza