Economía
Copresidente del Grupo Barceló, la segunda cadena hotelera de España

Simón Pedro Barceló: «Los ataques del Gobierno a las empresas nos hacen mucho daño»

Simón Pedro Barceló es copresidente del grupo Barceló, que incluye a la segunda cadena hotelera de España, por detrás de Meliá, y es la número 27 del mundo. En una entrevista con OKDIARIO, se muestra muy crítico con el Gobierno. Sobre las propuestas del Ejecutivo acerca de la necesidad de limitar los precios en algunos sectores de actividad y otras en relación con el turismo en particular que no son nada favorables, Barceló se defiende: «Yo soy un convencido de que el mercado es suficientemente inteligente y maduro para regular las crisis y que por lo tanto no necesitamos ninguna clase de intervencionismo público. Aprovecho para decir que sería bueno que el compromiso del Gobierno con el sector turístico se incrementara y que los mensajes al respecto fueran positivos».

Desafortunadamente, «esto no está ocurriendo», asegura Barceló. «Tenemos un Gobierno con declaraciones contradictorias dentro de su propio seno. Hemos escuchado a ministros como el de Consumo (Alberto Garzón) hablando de que el sector turístico es de bajo valor añadido y que, por lo tanto, no interesa para el desarrollo futuro del país. Hemos escuchado demasiadas veces a la vicepresidenta y ministra de Trabajo (Yolanda Díaz) poner en tela de juicio las relaciones laborales en nuestra actividad. Todos esos mensajes son negativos y nos hacen mucho daño».

Al copresidente del Grupo Barceló le preocupa la actitud hostil demostrada hacia las empresas por el presidente del Gobierno y otros miembros del Consejo de Ministros. «Yo soy de los convencidos que las empresas son herramientas clave sobre las que se construyen nuestra vida, nuestra democracia, nuestras libertades y que, por lo tanto, los poderes públicos no deberían cuestionarnos.  Sin empresas no hay actividad económica. No hay, en consecuencia, actividad sobre la que gravar impuestos. No hay por lo tanto, servicios públicos. En fin, las empresas son un eje clave para para el futuro de nuestras sociedades».

Aprovechando el asunto de máxima actualidad del anuncio de la supresión del Impuesto de Patrimonio en Andalucía, Barceló elogia la medida.  «Yo creo que todas las sociedades occidentales, incluida por supuesto la española, están convencidas de que hay que pagar impuestos porque queremos unos servicios públicos que nos den garantía y que nos den seguridad. Lo que exigimos es que el sector público gaste bien, y por lo tanto, soy de los convencidos de que gastando mejor en lo público se pueden bajar impuestos».

«El caso concreto del impuesto de Patrimonio es además un ejemplo flagrante de injusticia. Sobre esa renta que se ahorra ya se ha pagado anteriormente en el impuesto de la renta. Es un caso de una doble tributación  y el Impuesto de Patrimonio es un castigo añadido. Me parece una medida muy positiva que Andalucía haya decidido iniciar ese trámite. Y lamento muchísimo que en Baleares (donde tiene su sede el Grupo Barceló) no se piense de la misma forma por parte del gobierno regional, que no se suprima dicho impuesto ni se rebajen otros como el de la renta».

En opinión de Barceló, «otro buen ejemplo de la falta de comprensión por parte del gobierno de la realidad del sector turístico español ha sido la reforma laboral.  El sector turístico es estacional, es fundamentalmente un sector que tiene actividad económica durante el verano y por lo tanto no puede tener el total de sus empleados trabajando durante el invierno, porque no hay negocio suficiente para ello. Pero lo peor de la reforma laboral ha sido aumentar la rigidez y reducir la flexibilidad en las jornadas laborales. El sector turístico tiene un determinado horario, los clientes de los hoteles desayunan, comen, cenan y no es fácil que se puedan tener jornadas continuadas. Se necesitan tener jornadas partidas para poder atender el trabajo. Por lo tanto, lo peor para mí de esta ley es la mayor rigidez y la pérdida de flexibilidad que estamos sufriendo las empresas».

Barceló opina también que «todo lo que sea atacar la bondad del sector turístico, todo lo que sea relacionarlo con esos sentimientos contrarios de ‘turismofobia’, todo lo que sea hablar de masificación en los destinos nos perjudica mucho».