Economía
Crisis del coronavirus

Sánchez vende un «rebote» económico en verano pero las pérdidas superarán los 40.000 millones

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, sorprendía este martes afirmando en una entrevista radiofónica en la Cadena Ser que ve un «rebote» en la economía española que justifica un «moderado optimismo». Sin embargo, los datos económicos le contradicen. Las pérdidas, según las propias cifras oficiales, serán de más de 40.000 millones -concretamente 42.500- con respecto al verano anterior.

«Estamos viendo un rebote de la economía en el tercer trimestre por encima del 10% intertrimestral». «La resiliencia y la flexibilidad que están demostrando las empresas invitan a un moderado optimismo». Son algunas de las afirmaciones que hizo el jefe del Ejecutivo que -rememorando al expresidente socialista José Luis Rodríguez Zapatero en 2009- no ha tardado en ver brotes verdes en la actual coyuntura, a pesar de que miles de empresas avisan de que tendrán que cerrar a corto y medio plazo y de que cada vez más voces alertan de que se avecina un otoño y un invierno negro para la economía nacional.

Concretamente, el presidente Sánchez se escuda en que el PIB repuntará un 10% intertrimestral en el tercer trimestre, frente a la caída del 18,5% registrada en el segundo. Sin embargo, lo que no tiene en cuenta Sánchez es que el avance del PIB tras una caída como la registrada es normal, pero no indica en ningún caso que haya llegado una recuperación real. ¿La razón? El tercer trimestre tendrá una riqueza, con los mismos cálculos que maneja Sánchez, inferior en más de 40.000 millones a la del mismo verano de 2020.

No hay que olvidar, por ejemplo, que se va a registrar la menor ocupación hotelera que se recuerda en la historia reciente y que el propio Gobierno reconoce que aún hay 700.000 personas cobrando un ERTE por fuerza mayor, más de seis meses después de que arrancara la pandemia.

Los indicadores que aún muestran la debilidad económica

Los primeros indicadores del tercer trimestre indican que la caída de la actividad prosigue, aunque con menos fuerza que en meses anteriores como es lógico, ya que no hay tantas restricciones a los negocios como durante el estado de alarma aunque sigue habiéndolas (de hecho, algunas capitales de provincia como Valladolid volvieron ayer al equivalente a la fase uno).

Por ejemplo, el consumo de energía eléctrica acumulado en julio y agosto ha caído un 3,6% en comparación con el mismo periodo de 2019.  A esto se suma un saldo neto del indicador de confianza industrial del -12,3%, una caída del comercio al por menor del 3,2% en julio con respecto al mismo mes del año precedente y una caída de las matriculaciones de coches del -3,3% acumulada en julio y agosto de 2020 en términos interanuales, que se eleva al 8,3% en el caso de los vehículos de carga.

Para ver niveles de PIB trimestral como los que se registrarán a lo largo del verano de 2020 habrá que retrotraerse, por lo menos, a 2014, cuando España empezó a salir de una crisis de la deuda que a punto estuvo de llevarle al rescate. Sin duda, este año, como apuntan los principales organismos internacionales, será el peor que se recuerda en décadas para la economía nacional.