Economía
Crisis del coronavirus

La recaudación de las cotizaciones de los parados se dispara un 21% y avisa ya de despidos irreversibles

Los parados también cotizan a la Seguridad Social. La recaudación que obtiene el sistema de pensiones por medio de sus cuotas sociales es un indicador que ayuda a conocer si se están produciendo muchos más despidos o no en el país. Concretamente, la partida que hay que mirar para verlo son los ingresos por cotizaciones sociales de los desempleados. Y hasta marzo se han disparado un 21% en comparación con el mismo periodo del año anterior.

Según explican expertos en Hacienda pública a OKDIARIO, estas cotizaciones de los parados no incluyen ni los ERTE que se han registrado ni las prestaciones de cese de actividad de los autónomos. Es decir, que lo que están reflejando son despidos definitivos y no temporales. No hay que olvidar que España afronta una fuerte crisis económica que podría provocar el cierre de miles de empresas y llevar a la calle a cientos de miles de desempleados.

El Gobierno insistió cuando declaró el estado de alarma que las medidas que iba a poner en marcha estaban destinadas a que se mantuviera el empleo. De hecho, llegó a prohibir los despidos, una iniciativa que fue muy cuestionada desde el mundo empresarial y que ha hecho que España tengan en estos momentos el marco laboral más rígido -y de paso más cambiante, porque las normas han cambiado constantemente en el último mes y medio-, de la democracia.

Sin embargo, la realidad se impone como muestra bien que las cotizaciones que abonan a la Seguridad Social por los desempleados se hayan disparado un 21% en comparación con el año anterior. Hasta marzo la cotización de los desempleados aportó a las arcas públicas 2.087,27 millones de euros, una cifra cercana a lo que ingresó la Seguridad Social en ese mismo periodo por las cotizaciones al RETA, el régimen específico de los autónomos: 2.910,17 millones de euros. La diferencia entre lo que aportaron ambos a este sistema, que es uno de los pilares del Estado del Bienestar, no llegó ni a 900 millones.

La última Encuesta de Población Activa (EPA), excluyendo los parados temporales de los famosos ERTE que no computan en las estadísticas oficiales de desempleados, ya avisaba de que en el primer trimestre del año se habían destruido 285.000 empleos. Aunque también decía el INE que muchos parados habían pasado a inactivos porque no habían podido buscar empleo durante el estado de alarma.

El presidente de la Federación ATA y vicepresidente de CEOE, Lorenzo Amor, también avisaba en una entrevista en este periódico este miércoles de que la EPA del segundo trimestre de 2020 sería más «realista» y la del tercer trimestre más «brutal». «Lo peor en materia de empleo y de cierre de empresas está por venir», avisaba. Y remachaba: «El peor momento para el mercado laboral va a ser agosto, septiembre y octubre».

De entrada tanto las grandes empresas como las pymes y los autónomos están plantando batalla al Gobierno. Consideran que su plan de desescalada es confuso y contradictorio. Es la conclusión a la que llega, por citar a uno de los sectores más críticos, el empresariado hotelero, que denuncia que se les permita abrir en la Fase 1 pero que no pueda haber movilidad entre provincias, que es lo único que facilita el turismo interno, hasta la Fase 3. Las consecuencias económicas de la crisis del coronavirus parece, a tenor de todos los datos y diagnósticos, que acaban de comenzar.