¿Por qué la caída del petróleo no rebaja los precios de otros productos y servicios?
El petróleo, tanto el West Texas, de referencia en Estados Unidos, como el Brent, utilizado en Europa, continúa anclado en los precios más bajos registrados en más de una década. Desde junio de 2014, cuando el barril de Brent cotizaba a 112 dólares, en apenas un año y medio el precio del petróleo se ha desplomado un 70% hasta los 35 dólares.
Y algunas previsiones señalan que el precio podría seguir cayendo. Hace unas semanas, los analistas de Morgan Stanley hicieron público un informe en el que consideran que en los próximos meses (las previsiones de analistas suelen ser a tres meses normalmente) el precio del crudo podría cotizar incluso en los 20 dólares el barril debido a la apreciación del dólar.
El precio del petróleo ha sufrido una brutal caída en los últimos meses, pero, ¿se está trasladando también en los bienes y servicios? El Índice de Precios de Consumo (IPC) refleja que no. O al menos no proporcionalmente. ¿Por qué?
Uno de los sectores más afectados por el precio de los derivados del petróleo es el de el transporte. Se ha producido una bajada, pero Juan José Gil, secretario general de la Federación Nacional de Asociaciones de Transporte de España (Fenadismer), denuncia que “comparativamente con otros años y a paridad euro-dólar, los márgenes derivados de la bajada del petróleo no se están aplicando».
Gil recuerda que España es «el tercer país con el carburante más caro antes de impuestos». En ese sentido, el secretario de Fenadismer asegura haber pedido una reunión hace meses a la Comisión Nacional del Mercado de la Competencia (CNMC) con el objetivo de pedir «sanciones ejemplares a las petroleras para que cese la situación de oligopolio» que, a su juicio, se está dando en nuestro país. «Puede que en bolsa coticen menos, pero los beneficios crecen y crecerán más este año”, sostiene Gil.
¿Sale más barato viajar en avión?
¿Y los billetes de avión? Parece lógico pensar que un descenso del precio de los carburantes pueda repercutir a la baja en su precio final, pero Agapito Maricalva, gerente de la Asociación Española de Líneas Aéreas (ALA), asegura que no es tan sencillo: “De manera genérica es difícil contestar. Cada compañía tiene unas estrategias y coberturas distintas, y el tipo de cambio también tiene una gran incidencia».
Maricalva explica que «el 30% o el 35% de los gastos de una aerolínea depende del combustible». Eso es una cantidad «suficiente como para buscar coberturas de precio que permita «precios planos». Es decir, las aerolíneas, cada una de forma independiente, pactan unos precios fijos durante un período determinado, por lo que se cubren en caso de una subida de precios, pero también están atadas a la hora de una bajada, como es el caso.
Cada compañía tiene una estrategia distinta. «Hay aerolíneas con mayores coberturas, a distintos años vista y en distintos porcentajes», explica el gerente de ALA. Esas compañías, por tanto, no estarán libres de bajar los precios hasta que no terminen los acuerdos que realizan con los bancos industriales. Maricalva señala que, a causa de esto, la bajada «no es proporcional», pero remarca que ese descenso sí tiene que darse, ya que, «de manera global, las reducciones del coste de crudo reducen el precio del queroseno».
«La gran ventaja del transporte aéreo es que es muy competitivo, por lo que las compañías querrán mas clientes. No cabe duda de que en el momento en el que las aerolíneas puedan intentar reducir los precios, lo harán para ganar cuota de mercado», explica Maricalva.
Los impuestos al petróleo, un lastre
Uno de los motivos por los que los combustibles no bajan en la medida en la que lo hace el precio del crudo es porque el precio final de los derivados del petróleo incluye otros muchos costes y, además, depende de otras variables.
En ese sentido, el economista y experto en energía Daniel Lacalle señala que «el precio total de la gasolina no llega a ser el 25%». «El resto son costes de refino, comercialización, distribución e impuestos», explica. El director de inversiones de Tressis Gestión explica que «uno de los motivos fundamentales es que el precio ha bajado en dólares, pero el euro se ha devaluado, por lo que en euros no ha bajado tanto».
Lacalle señala que «el crudo es una pequeña parte de lo que se paga» y explica que «los impuestos no son proporcionales, sino por litro», por lo que cuando baja el precio del crudo, los impuestos aumentan en términos relativos. «Lo que ocurre es que los impuestos son el 55% del precio final, por lo que suponen un colchón tanto a la baja como a la alta”, indica el economista.
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