Economía
Crisis energética

El plan de Bruselas copia el decreto fallido de Sánchez de 2021 sobre los «beneficios caídos del cielo»

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

El plan que ha diseñado la Comisión Europea para tratar de frenar las escalada del precio de la luz en la UE -que, aun así, prevé que siga alto hasta 2025- copia el primer decretazo energético de Pedro Sánchez, el 17/2021, el que gravaba los «beneficios caídos del cielo». Y, como aquella norma fallida, es muy poco probable que tenga un efecto apreciable en el recibo de la electricidad de los hogares.

Bruselas ha descartado un sistema similar al tope al gas, la «excepción ibérica», de Sánchez, en vista de su fracaso para abaratar el precio de la luz en España. Sin embargo, ha optado por copiar otra vía que también intentó el presidente del Gobierno y que tuvo que abandonar el año pasado por su ineficacia.

Esta fórmula se basa en gravar a las llamadas «tecnologías inframarginales», pero entiende por tales todas menos la producción de electricidad con gas (nuclear, renovable, hidroeléctrica, cogeneración, etc.), aunque en muchas horas del día son ellas las que marcan el precio marginal. En todo caso, pretende poner un tope al precio al que estas plantas generan la electricidad, algo similar a gravar los «beneficios caídos del cielo» de Sánchez.

La lógica es que estas tecnologías se benefician del precio más alto al que pujan las centrales de gas en la subasta diaria de la electricidad, ya que sus costes son menores (por ejemplo, no tienen que comprar derechos de emisión de CO2): esos son los teóricos «beneficios caídos del cielo». La idea es restárselos a su remuneración para que los Gobiernos nacionales puedan utilizar ese dinero para rebajar los costes del sistema y, por ende, el recibo de la luz.

Eso sí es una diferencia con el decreto de 2021 de Sánchez, ya que en aquella norma los ingresos del «hachazo fiscal» a las eléctricas iban a la caja del Estado para usarlos en lo que quisiera el Gobierno. Ahora, Europa exigirá que se usen para rebajar la factura, aunque deja en manos de cada país cómo hacerlo: con ayudas a las rentas bajas, a la industria, a todos por igual… De momento, Alemania ha anunciado que va a poner una especie de mínimo gratis (el cliente sólo pagará a partir de un determinado consumo).

La exención de los contratos bilaterales

En todo caso, Sánchez tuvo que dar marcha atrás en aquel decreto porque había incluido los contratos bilaterales a precio pactado (PPA), que no se pueden modificar. Y como la mayoría de las generadoras nucleares, hdroeléctricas, etc. tienen contratos bilaterales con las comercializadoras de su mismo grupo (las filiales que venden la electricidad a hogares y empresas), el resultado es que quedaba fuera del decreto prácticamente todo el mercado.

Y ahora es previsible que ocurra lo mismo a nivel europeo, ya que las únicas perjudicadas serán las pequeñas eléctricas independientes, las que no tienen comercializadora, que son precisamente las que introducen competencia en el sistema y presionan a la baja los precios. Es decir, se va a conseguir lo contrario de lo que se pretende, según expertos en el mercado eléctrico consultados por OKDIARIO.

En consecuencia, esta nueva medida no va a conseguir un abaratamiento apreciable del precio de la luz, añaden estos expertos. Este plan de la Comisión se complementa con una reducción obligatoria del consumo de electricidad, impuesta también por Alemania, similar a la ya adoptada para el gas. Una medida que pretende salvar la cara del principal país de la UE ante el parón que previsiblemente tendrá que sufrir su industria, al obligar a que ocurra lo mismo en el resto de miembros de la Unión.