Economía

A pesar de Amazon las tiendas de barrio vencen a Internet en el comercio de alimentos

No se crean ustedes que todos debemos rendirnos ante las más modernas tecnologías a la hora de consumir, que tras la irrupción de Amazon, ya no son el futuro sino el presente. El comercio electrónico de productos de alimentación crece en nuestro país pero mucho más lento si lo comparamos con lo que ocurre en otros vecinos europeos. Según los expertos, la calidad y el servicio que ofrecen nuestras tiendas de barrio impiden que el ecommerce despegue en España.

Y es que el ecommerce o para que nos entendamos la venta electrónica de productos alimentarios crece discretamente en España, pero lo hace a una velocidad mucho más lenta que en otros sectores debido a la «excelente oferta de proximidad».

Un reciente informe elaborado por la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid quería profundizar en cómo el comercio electrónico está impactando en el ámbito de la distribución comercial de productos de gran consumo.

Según el mencionado informe, solo el 10% de los consumidores españoles compra habitualmente online, y muchos de ellos lo complementan con la compra física. La gran cantidad de supermercados cerca de las residencias de los encuestados hace que sea más sencillo hacer la compra física que no de manera telemática.

Las categorías más adquiridas en las compras online de alimentos son, según este estudio, la leche, productos lácteos e higiene del hogar (más del 70%), seguidas de embutidos y cervezas (60%), vinos y otras bebidas alcohólicas (46%) y, por último, productos frescos como carnes, pescados, frutas y verduras (entre el 14 y el 24%).

Los consumidores online se inclinan menos por los productos frescos y la mayoría complementa la compra electrónica con la física.

La radiografía de la compra de productos de gran consumo en Internet arroja datos como que los consumidores que compran físicamente realizan más actos de compra al mes, que el sistema de entrega elegido por el 97% de los compradores es a domicilio y que los usuarios online tienen entre 30 y 50 años.

Los resultados constatan que la adquisición electrónica de productos de gran consumo crece pero lo hace a un ritmo menor que otro tipo de categorías, como pueden ser viajes, ropa o productos electrónicos.

Los consumidores muestran preferencia por elegir personalmente el producto (sobre todo en el caso de los frescos), buscan ventajas en relación con el tiempo y el ahorro, y señalan problemas para estar en casa en el momento de la recepción de la compra.

Además y quizá lo más importante, según fuentes consultadas por este diario, es que la oferta de las llamadas tiendas de barrio consiguen fidelizar a la clientela por su calidad y servicio. Hay en muchos sitios en los que se ha llegado a fiar la compra a los clientes (como ocurría en épocas pasadas) en los momentos más duros de la crisis.

Esto, unido a la cercanía al domicilio hace que sobre todo en el tema de alimentación ni la electrónica, ni las tiendas de los chinos hayan conseguido acabar totalmente con este tipo de comercios.

De cara al futuro, los datos del estudio permiten concluir que el ecommerce en la alimentación continuará creciendo aunque más lentamente que otros sectores ante la alta eficiencia y competitividad que presenta el comercio físico; en este sentido, las tiendas, lejos de desaparecer, seguirán creciendo.