El oro extiende su ‘rally’ y se acerca a máximos de 2016 ante la amenaza de una recesión económica
El oro extiende su 'rally', y se erige como activo refugio por excelencia, aproximándose a máximos de 2016 ante la amenaza de una desaceleración económica y la incertidumbre política a medio plazo.
El oro ha iniciado el año alargando las subidas y se encuentra en máximos de los últimos 10 meses, con un precio de 1,344 dólares la onza. Esta tendencia alcista se encuentra impulsada por el temor a un aumento en la volatilidad del mercado y a la posibilidad de un estancamiento económico, y ha llevado al metal precioso a aproximarse a máximos de 2016.
Tradicionalmente, este metal se trata de un valor refugio al que los inversores acuden cuando las bolsas muestran un comportamiento a la baja. El contexto actual, marcado por la guerra comercial, el ‘Brexit’ y el miedo a una posible desaceleración económica, han llevado a este activo a acercarse a su nivel máximo, alcanzado en 2016, de 1,366 dólares la onza.
Felipe López Gálvez, analista de Selfbank, destaca que «para conseguir recuperar sus máximos de 2016, el oro debe enfrentarse a dos resistencias importantes que se encuentran en los 1.360 dólares/onza y los 1.365 dólares/onza. En cierto modo sorprende el movimiento alcista que ha tenido estas semanas, ya que históricamente el oro ha guardado una correlación inversa con las bolsas. Ni siquiera la subida del dólar ha conseguido frenarle, algo que debería estar afectando a la demanda».
A mediados de 2018, el oro perdió todo su valor como activo refugio debido al buen momento que vivían las bolsas y a las expectativas de una subida en las tasas de interés de la Fed, que generaron una bajada en la demanda del metal. En ese momento, su preció alcanzó su mínimo anual, en 1,174 dólares la onza. Sin embargo, desde septiembre, se ha revalorizado por encima del 10% y los analistas no apuntan a un posible final del ‘rally’.
Nitesh Shah, director de análisis de Wisdom Tree destaca que «el oro es un valor ganador en este escenario de incertidumbre. Los inversores han redescubierto su potencial como un activo cíclico y de refugio en un contexto negativo.
China llevaba desde 2016 sin adquirir reservas de oro
Y es que en 2018, los bancos centrales fueron los principales compradores de oro alcanzando el 75%. Estados Unidos, Alemania e Italia son los líderes mundiales en el control de este metal. Sin embargo, en enero China ha apostado fuerte por su inversión y ha aumentado sus reservas por segundo mes consecutivo.
Darío García, analista de XTB, señala que «el Banco Central Europeo y la Fed, están aumentando sus reservas de oro, que compran directamente a las potencias emergentes. Es un círculo cerrado, se compra oro a estos países secundarios que venden sus reservas para captar esa liquidez que necesitan para financiar su deuda y sus intereses».
López señala que, «parte de esta subida, se debe a la popularidad que están ganando los ETFs que hacen una réplica física de este metal precioso. Ahora, lo lógico sería que este siguiese subiendo a medida que vaya agotándose el ciclo expansivo en el que se encuentran las economías desarrolladas».
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