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ObservaTUR teme un «impacto importante en la confianza» para el turismo español por la guerra

Cuando todavía los destinos internacionales no habían recuperado la normalidad tras el severo impacto que aún ejerce la pandemia, el turismo sufre un nuevo golpe con la guerra en Ucrania. Desde el Observatorio Nacional del Turismo Emisor, ObservaTUR, prevén «un impacto importante en la confianza que se estaba empezando a generar».

En 2021, un total de 31,1 millones de turistas visitaron España el año pasado, un 64,4% más respecto a 2020, cuando el Covid-19 paralizó al sector ante las restricciones para impedir la transmisión del virus, una cifra, no obstante, muy inferior al récord histórico de 83,7 millones de visitantes alcanzado en 2019. No fue una recuperación plena ni mucho menos, pero se puede decir que la industria turística empezaba a levantar cabeza en España. En diciembre, y a pesar de la sexta ola, ya llegaron al país 2,9 millones de visitantes, una sustancial mejora frente a los 649.000 del mismo periodo de 2020.

«Si ahora estábamos empezando a vislumbrar una mayor confianza y moderado optimismo, esta situación de nuevo provocará gran incertidumbre en los mercados, lo cual siempre es malo para el sector turístico», comentan.

Albert Grau, socio y codirector de Cushman & Wakefield Hospitality en España, también destaca que «se empieza a comentar el hecho de que (el conflicto en Ucrania) pueda generar ciertos miedos», aunque señala que su firma todavía no ha podido completar un análisis de la situación actual para el sector en cuanto al impacto económico que podría tener.

Sin embargo, lo que se espera es que, inexorablemente, la guerra entre Rusia y Ucrania será un lastre para la economía, que aún está en fase de recuperación tras la pandemia, ya que elevará los costes de las materias primas y de la energía, apuntan en ObservaTUR, «de ahí también la necesidad de seguir manteniendo las ayudas al sector turístico hasta que no se alcance la plena normalidad», subrayan.

Otras voces del sector se han sumado a este mensaje. El vicepresidente ejecutivo de Exceltur, José Luis Zoreda, afirmó la semana pasada que, aunque todavía es pronto para hablar de las consecuencias para el turismo, la guerra que acaba de estallar «no es un escenario positivo» y desestabiliza la demanda. En el sector tenían mucha fe en 2022 como el año en el que el turismo cobraría verdadero impulso, hasta alcanzar el 90% de toda la actividad generada en 2019 contando con el apoyo de los fondos europeos, según señaló Zoreda este mismo mes.

Jarro de agua fría para la previsión del Gobierno

Este giro podría arruinar las expectativas del Gobierno, que ya daba por hecho que en 2022 se iba a consolidar la recuperación del turismo y confiaba en que los positivos datos del pasado diciembre estaban disipando la amenaza de ómicron.

Gloria Claudio, profesora de economía de la Universidad Francisco de Vitoria, sí prevé que la recuperación del turismo español se alargará. «Parecía que el sector estaba empezando a recuperarse tras la situación tan terrible por la pandemia, pero (el conflicto de Ucrania) le va a afectar porque los costes energéticos se van a disparar», asegura esta experta, que cree que «se retrasará sin duda» la consecución de la meta de que el turismo vuelva a representar el 13% del Producto Interior Bruto, el porcentaje que ha venido alcanzando tradicionalmente y que le convertía en el motor de la economía española.

La guerra de Ucrania tampoco llega en un buen momento para las agencias de viajes, que viven una delicada situación tras dos años de dificultades por la pandemia. Tres de los mayores grupos, Ávoris, Viajes El Corte Inglés y Nautalia, están negociando con los sindicatos nuevos ajustes de plantilla que afectarán a 8.600 personas, entre despidos y suspensiones de empleo.