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Economía
Diplomacia

Nimo (cónsul general de Argentina): «Quiero digitalizar y que cada argentino tenga un consulado en su PC»

Alejandro Nimo es consejero y cónsul general para inversiones y comercio internacional de la Embajada Argentina en España

  • Benjamín Santamaría
  • Economista, analista, conferenciante y máster de educación. Redactor de economía en OKDIARIO y autor de "La economía a través del tiempo" en el Instituto Juan de Mariana

Alejandro Nimo, consejero y cónsul general para inversiones y comercio internacional de la Embajada Argentina en España, ha concedido una entrevista a OKDIARIO. En ella, el diplomático ha propuesto digitalizar los servicios de los consulados para que los argentinos, independientemente de donde se encuentren, puedan acceder a ellos por Internet: «Eso abriría una oficina consular en cada computadora de cada argentino que viva afuera».

Pregunta.- Le han llegado críticas por, supuestamente, haber sido quien nombró a Eva Carrasco al frente de El Colegio Mayor Argentino de Madrid. ¿Tuvo que ver con esa designación?

Respuesta.- Gracias por la pregunta. Realmente me causa gracia. Quien difunde eso trata de dañar al presidente (Javier Milei), a la libertad y a la Escuela Austríaca de Economía con argumentos sin sustento. El cargo que ocupa la catedrática Eva Carrasco no se encuentra en la esfera de la Embajada Argentina, ante España, mucho menos en la Cancillería y menos aún en el Ministerio de Economía, del que soy agregado.

Ese cargo depende de la Universidad Complutense de Madrid, ya que el Colegio Mayor está en su Campus, y es a propuesta de la Secretaría de Educación de Argentina, a quienes ni siquiera conozco. Pero déjeme decirle que me hubiera encantado que me hubieran preguntado y recomendar a Eva Carrasco en el cargo, ya que está haciendo un trabajo fabuloso, revirtiendo 20 años de déficit en la institución, habiendo logrado en su primer mes como directora que el Colegio pase de perder cientos de miles de euros de nuestros impuestos a dar beneficios.

Por otro lado, el profesor Bagus, que además es mi amigo, me ha calificado en una materia sin examen final, simplemente por un seminario a través de una ponencia en clase en diciembre de 2024, mucho antes de que se plantee la designación de su esposa en dicho cargo, así que, salvo que tuviéramos la máquina del tiempo…

P.- Hay quien le acusa de regalarle al profesor Huerta de Soto una obra de arte muy cara.

R.- Bueno, eso es otra mentira. Lo que pasa es que existió un cuadro pintado por el artista Richard Somonte, que ilustra al gran Huerta de Soto junto a nuestro presidente Javier Milei, y tuve la suerte de hacerme con él. Al iniciar un ciclo de almuerzo de alumnos del máster en la casa del profesor, le presté la obra para que los compañeros del curso puedan hacerse la fotografía con ella en la visita. Fue una iniciativa de los alumnos que vieron la pintura en mis redes sociales y me pidieron poder conocerla. La obra ya reposa en mi despacho personal.

P.- Por otro lado, usted ha recibido críticas por querer privatizar la residencia del embajador en Madrid y cerrar áreas, que según los diplomáticos de carrera, son fundamentales para las relaciones bilaterales, como el departamento comercial.

R.- Vamos por partes. La residencia del embajador conlleva un gasto enorme, que se solventa con dinero del robo de los impuestos de los argentinos. Esa propiedad es una víctima más de la mentira socialista, que quiere vender al mundo un falso estado de bienestar. Dejando de ver el cascarón, encontramos dentro un palacete poco mantenido que resulta hasta peligroso para los empleados y para los visitantes; el costo de restaurarlo sería indecente para los argentinos que hoy hacen grandes esfuerzos en nuestro país, con muchas privaciones para que el Gobierno de la libertad tenga éxito. Por ello, mi propuesta -la que hago como argentino- es concesionarlo a un privado que lo restaure y lo explote comercialmente a su costo y beneficio y nos permita usarlo varias veces al año para eventos nacionales.

Por otro lado, acerca de los departamentos comerciales. En la Escuela Austriaca de Economía creemos en que la eficiencia no está en el Estado, se encuentra en la gestión privada. En el Estado residen la desidia y la burocracia, por ello consideramos que no hay mejor para realizar los negocios que los privados actuando de manera independiente, sin subsidios ni condicionamientos en cámaras binacionales de comercio.

De esta manera, lograremos que los que ganan con los negocios paguen los gastos, en lugar de hacerlo todos los argentinos con sus impuestos, y se conseguirá que las acciones comerciales sean las que realmente sean rentables para el comercio binacional, no las que realizan los burócratas para justificar su existencia.

P.- ¿Quiere usted destruir al Servicio Exterior como algunos insinúan?

R.- No. Lo que quiero es que llegue la modernidad y la eficiencia a una carrera como la diplomática, que desde hace siglos se maneja de la misma manera y no permite que los avances tecnológicos lleguen a sus usuarios. Es una carrera basada en privilegios, sueldos en dólares, viviendas pagadas, traslados y bonus altísimos para funcionarios que podrían hacer lo mismo desde Argentina utilizando las nuevas tecnologías y además nos costarían mucho menos en valor salario.

P.- ¿No considera que cerrar los consulados es desamparar a los argentinos en el exterior?

R.- Lo que propuse es digitalizar los servicios. Eso abriría una oficina consular en cada computadora de cada argentino que viva afuera, abaratando los costes de los trámites, haciéndolos más eficaces y accesibles. Para la presencialidad existirían convenios con instituciones españolas que verifiquen la identidad como colegios de escribanos. Hoy se puede abrir y gestionar una cuenta bancaria sin ir al banco y no se puede pedir un certificado sin ir al consulado, suena a que el sistema se resiste a desaparecer.

P.- Gracias por la entrevista. ¿Tiene algo más que agregar?

R.- Sí. Simplemente, decir que soy un funcionario haciendo lo que el presidente Milei prometió, utilizar mi cargo para gestionar que hasta mi propia función termine absorbida por los privados y quitar burocracia y costo del Estado, que siempre es un costo que se paga con la coacción que generan en la ciudadanía los impuestos.

Espero dar el ejemplo a muchos otros funcionarios de la nación acerca de que nuestra misión como libertarios es reducir la intervención del Estado en la vida de la gente. La gente no quiere un Estado eficiente, quiere un Estado mínimo que no le cueste el 40% de lo que gana en impuestos y encima le diga lo que tiene que hacer.