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Ni un día trabajado y puedes cobrar esta pensión: la sorprendente ayuda de la Seguridad Social

Aunque la idea de cobrar una pensión sin haber trabajado nunca pueda sonar a algo imposible, o que de hecho implique algún truco legal o fiscal,  lo cierto es que existe una prestación específica que permite hacerlo en España. A diferencia de la pensión contributiva (la más conocida), esta ayuda de la Seguridad Social está diseñada para proteger a quienes no han podido cotizar a lo largo de su vida, ya sea por haber trabajado en la economía informal, por haberse dedicado a cuidar de la familia o por haber vivido siempre en situaciones de vulnerabilidad. Es una opción real, regulada y accesible para quienes cumplan con unos requisitos muy concretos.

Esta prestación, conocida como pensión no contributiva de jubilación, permite a miles de personas mayores contar con un ingreso económico fijo a pesar de no haber abonado un solo euro a la Seguridad Social. Y lo mejor de todo: no se trata de un ingreso simbólico. En 2025, esta pensión puede llegar a alcanzar los 7.905,80 euros anuales. Eso sí, no es un derecho universal ni automático: se trata de una ayuda asistencial que solo se concede a quienes demuestren una situación económica limitada. De este modo, para aquellas personas mayores que se enfrentan a la vejez sin ahorros ni respaldo familiar, esta pensión actúa como un auténtico salvavidas. No se exige haber trabajado nunca, pero sí se pide cumplir una serie de condiciones relacionadas con la edad, la residencia y el nivel de ingresos. Veamos con detalle qué requisitos hay que cumplir, cuánto se cobra y cómo se mantiene esta ayuda en el tiempo.

Ni un día trabajado y puedes cobrar esta pensión de la Seguridad Social

La pensión no contributiva de jubilación es una ayuda económica de la Seguridad Social destinada a personas mayores de 65 años que no han cotizado lo suficiente (o nada) para acceder a la pensión contributiva. A diferencia de esta última, que depende directamente de los años trabajados y cotizados, la no contributiva tiene un carácter eminentemente asistencial: su objetivo es evitar que nadie se quede sin recursos económicos al llegar a la vejez.

Aunque la gestiona la Seguridad Social, la tramitación concreta corre a cargo de las Comunidades Autónomas o, en algunos casos, del Instituto de Mayores y Servicios Sociales (Imserso). Está regulada por el Real Decreto 357/1991, que establece los requisitos y las cuantías que deben aplicarse cada año. En la práctica, se convierte en una red de seguridad para personas en situación de vulnerabilidad económica.

Se trata de una pensión que garantiza un mínimo vital, especialmente pensada para quienes, por cualquier motivo, nunca pudieron ingresar en el sistema laboral formal o lo hicieron durante un tiempo muy breve. El acceso no depende del historial laboral, sino de la situación personal y económica en el momento de solicitarla.

Qué requisitos debes cumplir para acceder a la pensión no contributiva

Para acceder a esta pensión no contributiva, no hace falta haber trabajado nunca, pero sí se deben cumplir varios requisitos fundamentales. El primero es la edad: es necesario haber cumplido al menos 65 años. No hay excepciones en este punto.

El segundo requisito tiene que ver con la residencia. El solicitante debe haber vivido en España durante al menos diez años desde que cumplió los 16 años. Además, al menos dos de esos años deben haber sido consecutivos e inmediatamente anteriores al momento de solicitar la pensión. Esta condición busca asegurar que la persona ha tenido un arraigo real en el país.

Por último, y aquí está la clave, es imprescindible cumplir con un límite de ingresos. En 2025, el umbral máximo de rentas para acceder a la pensión no contributiva es de 7.905,80 euros anuales. Es decir, si una persona vive sola y sus ingresos no superan esta cantidad, podría acceder a la ayuda. Ahora bien, si convive con familiares, el límite sube en función del número de personas y del tipo de parentesco. Por ejemplo, si vive con su pareja o con hijos, el umbral se incrementa hasta los 33.599,65 euros para dos convivientes, o hasta más de 61.000 euros si conviven cuatro personas.

Cuánto se cobra con esta pensión en 2025

La cuantía de la pensión no contributiva varía en función de los ingresos del solicitante y de su unidad de convivencia. La cuantía máxima es de 564,70 euros al mes, lo que equivale a 7.905,80 euros anuales. Esta es la cantidad que recibe una persona sin ningún tipo de ingreso adicional. Es importante subrayar que esta pensión no tributa en el IRPF, lo que la convierte en una ayuda íntegra.

Sin embargo, si la persona tiene ingresos (por ejemplo, una pequeña pensión de viudedad o ayuda familiar), la Seguridad Social reducirá la pensión no contributiva de manera proporcional. Si los ingresos superan el 35 % de la cuantía anual (es decir, más de 2.767,03 euros), se aplicará una reducción, aunque nunca se podrá cobrar menos de 1.976,45 euros al año. Esa es la cifra mínima garantizada, incluso cuando haya otras rentas.

En los casos en los que más de una persona dentro de la misma unidad familiar reciba la pensión, las cuantías también se ajustan. Por ejemplo, si hay dos beneficiarios, cada uno recibirá 480 euros mensuales, y si hay tres, la cuantía baja a 451,76 euros. Estos ajustes buscan mantener el equilibrio económico del sistema, sin penalizar en exceso a los hogares que comparten recursos.

¿Durante cuánto tiempo se puede cobrar esta pensión?

Una de las ventajas de esta prestación es su carácter indefinido. La pensión no contributiva se cobra mientras el beneficiario siga cumpliendo los requisitos establecidos: tener más de 65 años, residir en España y mantener unos ingresos por debajo del umbral fijado. No es una ayuda temporal ni sujeta a renovación automática, pero sí exige un control anual.

Cada primer trimestre del año, quienes la reciben deben presentar una declaración de rentas para que la administración verifique que la situación económica no ha cambiado. Si se detecta que los ingresos han subido por encima del límite, la ayuda puede reducirse o suspenderse. Pero si se mantienen las condiciones, la pensión continúa sin cambios.