Economía

Juan José Montes: el rey del brócoli es español

Juan José Montes tuvo su primer trabajo con 5 años: cuidando pavos en el campo. Gracias a su esfuerzo, hoy es uno de los mayores productores de brócoli de Europa. Tiene su explotación en Lorca (Murcia) y nos cuenta cómo ha llegado a ser un empresario de éxito.

“Mis padres eran unos modestos agricultores. Con 7 años mi padre me compró 200 ovejas para que me encargara de ellas. Mientras las cuidaba, siempre llevaba un libro bajo el brazo; no pude ir a la escuela, ya que estaba a 10 kilómetros de casa y no teníamos transporte. Por la noche él me iba enseñando a sumar y restar”.

Con el tiempo fue participando más en la economía familiar, arando con mulos o ayudando en cualquier trabajo que hiciera falta. Así que Juan José ha sido apicultor, molinero y ayudante de fabricación de bloques.

“Yo tenía muchas aspiraciones, y mi familia era más conservadora. Querían que fuera agricultor como ellos”. La fortuna hizo que al volver del servicio militar, Cruz Verde le encargara la gestión de un depósito de insecticidas para la provincia. Después ayudó a Caja de Murcia a montar el servicio agrícola. «Y mientras tanto nunca he dejado de aprender: mejorar mi vocabulario, hacer facturas, escribir cartas».

3.000 kilómetros separan Lorca (Murcia) de Reino Unido, país donde cultivan el brócoli solo en la época calurosa del año británico. “Se me ocurrió que yo podía cultivarla el resto de los meses en los que estaban ellos limitados, que gracias a la climatología de Murcia son unos cuantos. Y así exportarles mi producción. Fue en el año 1986 y nadie en la región sabía lo que era el brócoli”.

El negocio fue bien y se asoció con un inglés para montar allí una distribuidora. De esta forma podía encargarse del ciclo completo: plantar, recolectar y distribuir. Y no tener que depender de nadie.

Hoy en día Juan José factura varios millones de euros y exporta todo lo que produce: el 60% a Reino Unido y el 40% a Dinamarca, Suecia y Noruega. “También les vendo sandías en verano. Y estoy haciendo pruebas con la quinoa”.

Pero sigamos con la historia. En el 2001 le compró al socio inglés su parte. Así que tuvo que aprender este idioma para poder desenvolverse. “Contraté un profesor para que estuviera conmigo varias horas al día. Pero yo no podía parar el trabajo así que me lo llevaba al campo. Y mientras inspeccionábamos las plantas o íbamos en el tractor, aprendía inglés. Luego yo, en el coche, escuchaba las cintas que me dejaba. Y en casa hacía los deberes. ¿El resultado? Mi hijo Pedro dice en broma que el profesor aprendió más de agricultura que yo de inglés. Pero cuando estoy en el extranjero me defiendo estupendamente”.

Está casado con María, mujer trabajadora, como no podía ser de otra manera. «Se encarga de la casa y la familia. Y gracias a ella he podido centrarme en el trabajo». Tienen tres hijos a los que han querido darles toda la formación posible. “Me empeñé en que fueran al extranjero. Los idiomas son fundamentales: es triste saber una cosa y no poder explícasela a lo demás”.

¿Sus aficiones? Juan José Montes dedica su tiempo a la ganadería de caballos pura raza española que lleva su nombre. Y también es digno de contar cómo llegó a introducirse en este negocio. «Antiguamente en mi casa había mulos y a mí siempre me ha gustado mucho montar. Quería comprarme un caballo para los fines de semana. Casualmente en el 98 compré una parcela, que tenía varias naves sin utilizar. Y pensé ¿cómo las aprovecho? Compré una yegua y empecé a participar en concursos».

Juan José también tiene buen ojo para este animal. Adquirió un potro que todos le desaconsejaban comprar y hoy es un semental (llamado Fer Gallardo) que de 17 concursos en los que ha participado, ha ganado 17. En el 2015 se hizo con el trofeo de ‘Mejor ganadería del mundo SICAB 2015’. «Hoy en día, y especialmente después de la crisis, la cría caballar no es un negocio sino un hobby».

¿Qué le queda por hacer? «Me queda más por hacer que lo que llevo hecho. Tengo en mente varios proyectos en diferentes sectores que espero salgan a la luz próximamente. He cumplido 65 años y no me puedo jubilar porque no me siento mayor».

¿Algún consejo para los emprendedores? “Mi padre me enseñó el valor del esfuerzo. Además era una persona íntegra, no le hacía falta papel: su palabra se cumplía. Si algún consejo puedo dar es, sin duda, el trabajo duro y la seriedad. Y no rendirse. Eso nunca decepciona”.

Y qué razón tiene.