Economía

Joaquín Maudos (Ivie): «La solución al monopolio es una regulación más dura para los grandes bancos»

El Banco de España mostró recientemente su preocupación por la fuerte concentración del mercado bancario español. El motivo: se sitúa bastante por encima de la media de la zona euro. ‘Concentración y competencia bancaria en España: el impacto de la crisis y la reestructuración’ es el nombre del informe, incluido en la revista Estabilidad Financiera, que han elaborado para el supervisor Cruz-García, Fernández de Guervara y Joaquín Maudos, con quien ha hablado OKDIARIO.

«Si bien no podemos afirmar que una mayor concentración implica necesariamente menos competencia, cuando alcanza niveles elevados es importante que las autoridades de la competencia evalúen las consecuencias», señala Maudos a OKDIARIO. «Además, la concentración no solo hay que vigilarla a nivel nacional, sino también a niveles regional/provincias, ya que muchos bancos compiten en estos ámbitos geográficos. En España, a nivel nacional, la concentración del mercado bancario ha aumentado con intensidad, para situarse por encima de la media europea», continúa.

No obstante, bajo el punto de vista de Maudos, es en el ámbito provincial en el que se está llegando a niveles preocupantes: «En algunos casos los niveles son excesivos comparando los niveles actuales con los umbrales que fija por ejemplo el BCE. Es ahí donde echo en falta análisis por parte de la autoridad de la competencia».

Peligro de monopolio

«Hay margen de maniobra para que aumente aún mas la concentración en España, pero siempre y cuando no se sobrepasen niveles excesivos en los mercados regionales. No veo que nos dirijamos a un monopolio, pero sí a un sistema dominado por unos pocos grandes bancos (oligopolio), junto con bancos más pequeños con reducidas cuotas de mercado (como cooperativas de crédito con nichos de mercado locales)», explica Maudos.

«Los bancos cada vez son más grandes y aunque en principio eso puede plantear problemas (too big too fail), la regulación se ha endurecido de forma que a estos bancos sistémicos se les exige colchones adicionales de capital y deuda anticrisis para evitar que supongan un problema a las arcas públicas en caso de quiebra», explica a este periódico Maudos, que cree que «la solución no es fragmentar los bancos grandes, sino exigirles una regulación más dura, en línea con las recientes reformas a nivel internacional».

La principal vía por la que la industria bancaria se ha reestructurado, tal y como explican en su informe, ha sido mediante la concentración de mercado. Según datos del Banco Central Europeo (BCE) recogidos en este artículo, el número de entidades de crédito ha caído un 43% entre 2008 y 2016, lo que representa 155 competidores menos, hasta situarse en un total de 207.

En 2008 las cinco mayores entidades acaparaban el 42% del mercado en términos de activos, ocho años después su cuota conjunta de mercado se situaba en el 61,8%. Esto supone un incremento del 46%, «muy» por encima de la media de la zona euro.

Daños colaterales

Según explica Maudos, «uno de los efectos colaterales de la reestructuración que ha sufrido el sistema bancario español en los últimos años es el potencial riesgo de exclusión financiera en colectivos que son más vulnerables o más sensibles, como consecuencia, a veces, de la edad, de la escasa cultura financiera o en función de dónde reside».

«En España, desde el año 2008 hasta la actualidad se ha cerrado el 40% de la red. Hablamos de un cierre de 18.000 sucursales que ha afectado a esa accesibilidad al servicio bancario, ya que ha aumentado un 34% el número de habitantes que ahora residen en un municipio donde ni siquiera tiene una sucursal bancaria. Hablamos de 1,3 millones de habitantes, que suponen el 2,7% de la población española», concluye.