Economía
Energía

La gestión de Ribera provoca que España queme gas los días de más energía solar y que suba la luz

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Estamos en los días de más calor del año, con lo que la energía solar debería estar produciendo a plena capacidad y, en consecuencia, el precio de la luz debería ser cero o negativo como hace unos meses. Pues no es así, sino que España está quemando gas para producir electricidad y el MWh está de nuevo en la zona de 100 euros, por culpa de la política de Teresa Ribera.

¿A qué se debe esta situación? En primer lugar, ahora hay muchas horas de sol y con mucha intensidad, pero apenas hay viento, es decir, los parques eólicos apenas están generando electricidad. En marzo y abril, se dio una combinación de fuerte generación eólica e hidráulica que hizo innecesario usar las centrales de ciclo combinado (las que generan electricidad quemando gas).

Por tanto, con la solar no es suficiente para atender la demanda de electricidad. Una demanda que hay que cubrir con otras formas de generación. En ausencia de eólica e hidroeléctrica, y como el Gobierno está reduciendo la capacidad nuclear, en sentido contrario al resto de países de nuestro entorno, la única alternativa viable es el gas.

Es evidente que el gas tiene que aportar la electricidad cuando no hay sol (de noche), ya que no funciona la fotovoltaica. Pero lo más grave es que también está entrando a horas en que hay un sol de justicia en este caluroso mes de julio.

Esto se debe a que, como hemos explicado en varias ocasiones en OKDIARIO, la red eléctrica actual no tienen capacidad para absorber toda la potencia renovable que se ha instalado en España siguiendo la política «verde» del Ministerio de Transición Ecológica. Hay una serie de factores físicos, como la inercia, la frecuencia y el equilibrio, que implican que la red no es estable si sólo se genera electricidad de fuentes renovables, es decir, habría riesgo de apagones. Y esa estabilidad sólo la pueden proporcionar la nuclear y los ciclos combinados.

Y eso hace que, aunque en la subasta diaria el grueso de la energía que se contrata sea solar, al final Red Eléctrica debe frenar su acceso y abrir los ciclos combinados en el ajuste que hace en tiempo real (lo que se llaman restricciones técnicas). Seguramente recordarán aquel polémico vídeo en el que Red Eléctrica paraba un parque eólico y algunos medios conspiranoicos decían que era para subir artificialmente el precio de la luz. Pues lo que está ocurriendo ahora obedece a lo mismo.

Como se puede observar en el gráfico adjunto de Red Eléctrica, el pasado viernes 26 de julio a las 11 de la mañana se suponía que sólo iban a entrar 0,7 GWh (gigawatios/hora) de ciclos combinados, o sea, de gas, según la subasta celebrada el día anterior. Pero la realidad fue que finalmente entraron 1,835 GWh de esta energía, en detrimento de la solar.

El gas tiene que compensar su parada

Como es sabido, la electricidad generada con gas es más cara que la producida con renovables o con centrales nucleares. Pero además, los ciclos combinados no se pueden encender y apagar instantáneamente en función de las necesidades, sino que lleva su tiempo ponerlos en marcha y hay que dejarlos encendidos varias horas. Lo cual implica que el precio al que venden la electricidad en las horas en que entra al sistema tiene que compensar el gas quemado en todas esas horas; es decir, tienen que poner el MWh más caro de lo que sería necesario.

La cosa se agrava todavía más porque las eléctricas españolas han tenido que cerrar varias centrales de ciclo combinado este año y mantienen ociosas otras tantas por la falta de demanda. Y, como también informó este medio, Ribera se niega a subvencionar las centrales de gas para que estén disponibles en caso de que se las necesite. Eso implica que el precio de la luz al que entran los ciclos combinados en el sistema tiene que compensar también el mantenimiento de esas centrales paradas.

El resultado de todo esto es que este mes de julio el precio del MWh se mantiene en torno a los 100 euros; algo más bajo los fines de semana, pero sobre esa cifra en las horas en que no hay solar y el sistema debe tirar del gas.

Como también explicó OKDIARIO, tan mala es la situación actual como la de precios cero de la luz de marzo y abril. Porque, en esa circunstancia, las excesivas plantas renovables instaladas serán incapaces de rentabilizar su inversión y las que son propiedad de pequeñas empresas independientes quebrarán. En ambos casos, el problema es el mismo: la disparatada política renovable de Ribera, su negativa a fomentar la nuclear (más barata y ecológica que el gas) y su reticencia a remunerar la necesaria inversión de las empresas en modernizar la red eléctrica, que determinan que al final haya quemar gas.

Es decir, tenemos un sistema eléctrico más caro y contaminante. Justo lo contrario de lo que se supone que pretende el Gobierno, en un caso parecido al del tope al precio de los alquileres.