Economía

Fuentes de financiación externa

Lo más habitual a la hora de emprender un negocio o aumentar la actividad y realizar nuevas inversiones es pedir algún tipo de financiación ajena. Las fuentes más habituales son las siguientes, aunque también existen fuentes alternativas pueden servirnos de ayuda.

Financiación bancaria

Consiste en dirigirse a una entidad de crédito y pedir la financiación correspondiente. Como consecuencia de la crisis económica, las entidades financieras exigen más requisitos en términos de solvencia y fiabilidad que hace unos años. Por lo tanto, el emprendedor debe elaborar y presentar un completo plan de empresa conforme se demuestre que la idea tiene recorrido y que existe una alta probabilidad de devolver el importe facilitado. Las dos fuentes de financiación bancaria más usadas son:

– Préstamo: La entidad abona una cantidad de dinero para hacer frente a unas necesidades, que deberá devolverse en forma de pagos regulares (normalmente mensuales) con unos determinados intereses pactados de forma previa. Hay que tener en cuenta que, al importe pedido, se le deberán sumar comisiones por apertura y formalización.

– Crédito: La entidad financiera permite a la empresa disponer de una cantidad de dinero máxima pactada. En este caso, a diferencia del anterior, solamente se pagarán intereses por las cantidades dispuestas, no por el total del crédito.

Microcréditos

Los piden aquellas personas o empresas que no han podido acceder a una fuente de financiación más tradicional. Se conceden a partir de la supervisión de entidades sociales con experiencia, que también evalúan el potencial de la idea. Aunque se utiliza especialmente en países en vías de desarrollo, aquí también encontramos casos parecidos para financiar pequeños negocios.

Financiación pública

El sector público, con el fin de impulsar el tejido de pymes del país, mediante distintas entidades, ofrece líneas de préstamo o crédito con condiciones preferentes a empresas. Destacan las siguientes entidades:

– Instituto de Crédito Oficial (ICO): se encarga de fijar las líneas de financiación y de llegar a acuerdos de colaboración con las distintas entidades de crédito para que sus servicios puedan ser ofrecidos en las respectivas redes de oficinas. Se dirige de forma especial a autónomos y pymes, que tienen más dificultades de acceso al crédito que las empresas de un tamaño superior. Además, también ofrece un servicio de financiación directa para grandes proyectos de inversión y asume, por lo tanto, su riesgo.

– Empresa Nacional de Innovación (ENISA): se trata de otro organismo público que ofrece financiación a pymes. Disponen de distintas líneas de financiación, como las dirigidas a jóvenes emprendedores, para fomentar la competitividad empresarial y hasta para financiar proyectos que conlleven algún tipo de fusión o asociación.

– Institutos de Crédito de Comunidades Autónomas: hacen la misma función que el ICO, pero a nivel autonómico.

– Banco Europeo de Inversiones (BEI): financia proyectos que cumplan con los objetivos marcados por la Unión Europea. Ofrece la financiación de forma directa o, también, mediante la apertura de líneas de crédito a entidades financieras, que son las que finalmente conceden el importe demandado.

Sociedades de Garantía Recíproca

Son entidades sin ánimo de lucro que se encargan de avalar la empresa ante las entidades financieras para que puedan conseguir financiación de éstas. Además, también ofrecen asesoramiento a aquellas empresas que así lo precisen.