Francia tiene prisa por cobrar su apoyo a Calviño en el BEI y le pide invertir en nucleares cuanto antes
Francia quiere que el BEI de Calviño invierta en nucleares con rapidez tras darle su apoyo
Francia tiene prisa por cobrarse su apoyo a la ex vicepresidenta primera y ex ministra de Economía, Nadia Calviño, como máxima responsable del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y le pide que no se demore en habilitar recursos y préstamos destinados a proyectos para sostener y aumentar la capacidad nuclear de los países europeos. Además de Alemania, cuyo respaldo a Calviño se gestó como una especie de trueque a cambio de que el presidente Sánchez votase a Fráncfort como sede de la Agencia contra el Blanqueo de Capitales y la Financiación del Terrorismo (AMLO, por sus siglas en inglés) -a la que también optaba Madrid-, la contribución del equipo de Macron fue crucial para que Calviño accediese finalmente al puesto.
Pero el problema es que París también quería a toda costa la sede de dicha Agencia, y aunque sospechaba del pacto secreto entre Sánchez y el canciller alemán Sholz, no ha recibido con agrado el resultado final. La consecuencia es que el gobierno francés ha reforzado su presión sobre Calviño para que cumpla sus compromisos y elabore planes que permitan acometer el desarrollo de la energía nuclear así como la inversión en Defensa, que se presenta igualmente crítica dada la progresiva debilidad de Ucrania para hacer frente a la ofensiva de Rusia, y que parece más necesaria que nunca ante la amenaza que supondría un triunfo de Donald Trump en Estados Unidos en noviembre de cara a la estabilidad presupuestaria de la OTAN.
Por eso Bruno Le Maire, ministro de Economía de Francia, ha aprovechado su felicitación a Nadia Calviño por alcanzar el puesto para recordarle que la institución que ha pasado a dirigir «tiene mucho que invertir en transición ecológica, defensa y energía nuclear, y que debe hacerlo cuanto antes». Más aún en estos tiempos en que «el margen de maniobra financiera de los Estados miembros es cada vez más estrecho», tras la reinstauración de las reglas fiscales que obligan a hacer planes de ajuste para reducir el déficit público y recortar el endeudamiento. En tales circunstancias, «el BEI desempeña un papel trascendental y estamos seguros de que estará a la altura de las circunstancias», ha señalado Le Maire, igualmente clave en la elección de Calviño a cambio de su compromiso con la energía atómica.
Todo lo que ha sucedido y sucede en el Gobierno español sobre la energía nuclear es quizá una de las mayores muestras de contorsión política de la historia. De hecho, y aunque el Ejecutivo de Sánchez mantiene su programa de cierre de las centrales en nuestro país, no tuvo reparos en que Bruselas incorporara la tecnología nuclear a la llamada taxonomía verde (energía limpia), lo que da idea de la doble vara de medir de La Moncloa. Esta paradoja afecta de manera muy particular a la vicepresidenta y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, una destacada activista ecológica en España que, sin embargo, se ha plegado a las exigencias de Francia para conseguir un acuerdo sobre la energía nuclear a nivel europeo.
París ya exigió a España, cuando nuestro país ostentaba la Presidencia del Consejo, una «actitud pronuclear», en palabras de Le Maire, durante la negociación de las disposiciones legislativas sobre la introducción de contratos por diferencias –los conocidos CFDs– para la nuclear. Además, basándose en el Acto Delegado de la Comisión Europea conocido como taxonomía verde, aprobado en 2022, y que incluyó bajo el paraguas de las energías neutras a la nuclear, París exigió a Calviño, ante un eventual apoyo a su candidatura al BEI, la inclusión de proyectos vinculados a la energía nuclear entre aquellos sujetos a la financiación de la institución. Y la ministra aceptó encantada.
El BEI no tiene prohibido invertir en energía nuclear, pero ha rechazado nuevos proyectos de generación atómica desde 1987, en concreto debido a la oposición de países como Alemania -que ahora parece también haber flexibilizado su postura-. Ante las exigencias de Francia para apoyarla al frente del banco europeo, la responsable española ha admitido que la institución no puede quedar al margen, «necesita estar activa», y sobre todo, en lo que respecta a los «reactores modulares» –pequeñas instalaciones que requieren menos inversión pero son muy eficaces en la generación de energía y que todavía están en fase de desarrollo–.
Solos en la generación nuclear
Todas estas posturas entran en contradicción con el hecho de que el Gobierno de Pedro Sánchez y Teresa Ribera está cada vez más solo a nivel europeo y mundial en su cruzada contra la producción de origen atómico. Mientras Sánchez mantiene el cierre nuclear en España, ajeno incluso a las soluciones que prometen las nuevas tecnologías, esta energía crece en el mundo como una fuente fiable y barata: casi 20 países están construyendo nuevas centrales nucleares y, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), en 2025 habrá récord de generación a nivel mundial.
A medida que aumente la producción de Francia, vuelvan a funcionar varias centrales en Japón y entren en funcionamiento nuevos reactores que se están construyendo en muchos mercados –como China, India, Corea y más de una decena en Europa–, la generación nuclear marcará récord en 2025, superando al anterior, que se registró en 2021, según el último análisis anual de la AIE.
Mientras tanto, Sánchez sigue adelante con su plan de cierre escalonado de la nuclear en España a partir de 2027 y hasta 2035. El cierre de los siete reactores acordado en 2019 con las eléctricas contempla que Almaraz , con 1 GW de potencia, cerrará en 2027; Almaraz II, en 2028; Ascó I, en 2030; Cofrentes, en 2030; Ascó II, en 2032; Vandellós II, en 2035; y Trillo, en 2035.
El pasado miércoles, José Bogas, consejero delegado de Endesa, advirtió al Gobierno de que es un error el calendario de cierres, recordando que Bruselas calcula que «hay que duplicar la generación nuclear en Europa para cumplir con los objetivos de emisiones cero en 2050». «Bruselas dice que hay que triplicar las inversiones en renovables, sí. Pero también dice que es inalcanzable el objetivo de emisiones contaminantes cero en 2050 si no se duplica la generación nuclear. Y si España es sólo un 10% del mercado europeo para las nucleares, también para las renovables», ha recordado.
Bogas ha insistido en su argumento de que las nucleares son imprescindibles y que es un error prescindir de ellas. Además, ha alertado al Gobierno de Sánchez de que «los plazos se acaban». «Estamos en el tiempo de descuento para poder tomar las medidas necesarias y hacer las inversiones necesarias con el objetivo de ampliar la vida útil de las centrales según el calendario previsto», ha destacado.
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