Economía

Los expertos prevén para España una caída de la bolsa de más del 10% en 2017

España crecerá menos de un 2% el próximo año y revertirá el proceso de desapalancamiento iniciado en 2013. Además, aumentará la deuda de las Administraciones y de las familias. Este panorama «color hormiga» es el que pintan los expertos de la IMF Business School, con el mediático Lorenzo Dávila a la cabeza.

España se enfrentará el próximo ejercicio a una desaceleración global que  lastrará nuestra economía debido en parte a que se disparará entre los inversores la aversión al riesgo ante la debilidad de las economías occidentales, excesivamente endeudadas y una perdida en la productividad así como una falta notable de inversiones productivas.

El estudio de IMF recuerda que el sobreendeudamiento español (1,4 billones de euros), tanto público como privado nos va a hacer vulnerables y el Banco de España recuerda que el desapalancamiento iniciado en 2013 se está revirtiendo.

Todo esto para Dávila supone que España entrará en un escenario de mucha fragilidad y que la economía global entrará en una financiarización, es decir, un proceso por el que el sector financiero ocupará mayor peso en los beneficios empresariales, orientando a las compañías hacia la maximización del valor de la acción implicando que empresas no financiacieras y familias incrementen sus deudas.

En lo que se refiere a la Bolsa española, habrá una corrección a la baja de hasta un 20% entre 2017 y 2018 debido a la fuerte exposición de las cotizadas españolas a dos tormentas financieras que todavía deben descargar: Las consecuencias del Brexit y Brasil, que suponen una exposición directa del 70% lo que nos dará extrema incertidumbre.

En parte podría compensarse con el buen comportamiento que se espera de sectores como las energías renovables, los servicios sociales, la biomedicina, bioagricultura e industrias aeronáuticas.

Frente a esta dinámica de Occidente, las áreas emergentes presentan para 2017-2018 unas mejores perspectivas apoyadas en unas cuentas públicas más saneadas, mejora de las reservas y una mejora en los niveles de formación. Si bien las economías más vinculadas o dependientes de Estados Unidos se verán afectadas por dicha desaceleración, China mantendrá un crecimiento del 7% pese a que no ha logrado virar de manera decisiva su modelo de crecimiento hacia una economía basada en el consumo privado, por lo que continúa basando su fortaleza en la inversión y el sector exterior, muy ayudado por dos herramientas: el control de capitales y el tipo de cambio.

El mayor riesgo para Asia y Latinoamérica procede de un parón no esperado en Estados Unidos y otros países occidentales endeudados. Otro de los peligros latentes para China puede venir de la política comercial de la nueva administración Trump.