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Las estrellas de cine ya no anuncian criptodivisas: la burbuja ha estallado

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Hay una señal inconfundible de que una burbuja ha estallado: la desaparición de los anuncios en televisión del activo del que se trate. Ahora, estamos asistiendo al fenómeno en las criptodivisas, puesto que ya no vemos ninguna publicidad como la que protagonizaba Matt Damon para Crypto.com. Anteriormente, ya ocurrió con la burbuja de las puntocom o con la inmobiliaria.

Seguramente, recuerden este anuncio en el que el protagonista de las películas sobre Jason Bourne aseguraba que «la fortuna favorece a los valientes». En Estados Unidos, la utilización de estrellas de la pantalla o del deporte ha sido mucho más generalizada: nombres como LeBron James, Paris HiltonTom Brady han prestado su imagen para diferentes firmas dedicadas a la compraventa de bitcoin y otras monedas virtuales.

Todos ellos han desaparecido de las cadenas de televisión. Según la consultora de análisis publicitario iSpot, el gasto de las mayores firmas de criptodivisas -Crypto.com, Coinbase Global y FTX- en anuncios alcanzó un récord de 84,5 millones en febrero, cuando se celebra la Super Bowl de fútbol americano. En julio, esta cifra se desplomó hasta unos pírricos 36.000 dólares, lo que da idea de la magnitud del desastre.

La locura por el marketing del sector llegó a operaciones estratosféricas como la compra del nombre del mítico Staples Center de Los Ángeles por la citada Crypto.com (algo similar a lo que ha hecho Spotify con el Camp Nou) durante 20 años por 700 millones en noviembre.  Algo que ahora sería inimaginable.

Detrás de este fenómeno se encuentra, como es lógico, el hundimiento del precio de estas monedas: el bitcoin, la más importante, ha perdido aproximadamente la mitad de su valor desde marzo y no consigue recuperarse más allá de rebotes puntuales. El valor total de este mercado ha visto reducido su récord de tres billones de dólares en noviembre a sólo un billón. Estas enormes pérdidas para los inversores han secado la operativa en estos activos y, con ella, las comisiones de las que viven estas plataformas.

Quiebras y estafas

A esto hay que sumar la sucesión de quiebras y de presuntas estafas cometidas por muchas firmas dedicadas a este negocio, que han dejado atrapados a cientos de miles de pequeños inversores (140.000 sólo en España), que no pueden recuperar su dinero. Eso ha generado una desconfianza generalizada en el público hacia el sector.

Según un estudio de la CNMV, el 82,9% de los españoles nunca invertiría en criptodivisas y el resto sólo lo hace de forma esporádica. De los inversores actuales en criptodivisas, el 41,3% ya ha cerrado sus posiciones y únicamente un 9% invierte de forma regular. Dicho estudio revela también el enorme desconocimiento que tienen los inversores de estos activos, ya que el 48% de los españoles desconoce por completo cuál es su situación regulatoria (no están regulados), lo que explica la proliferación de engaños.

La desaparición de la publicidad es la confirmación de que la burbuja ha estallado. Las criptodivisas no van a desaparecer, pero todo apunta a que ya sólo apostarán por ellas inversores profesionales o al menos con conocimientos. Y a que tardarán mucho tiempo en recuperar los niveles que llegaron a alcanzar.