Economía
Crisis energético

España depende de los metaneros para evitar cortes del suministro de gas si Rusia cierra el grifo

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Aunque la ministra Teresa Ribera asegura que sólo el 7,5% del gas que llega a España lo hace por barco, lo cierto es que esta cantidad se eleva al 70%; el gasoducto de Argelia -el de Marruecos está cerrado, como es sabido- sólo nos proporciona el 30% de nuestro consumo. Y por tanto, dependemos totalmente de los metaneros en caso de que haya escasez de gas en Europa por un corte prolongado del gasoducto Nordstream 1 por parte de Vladímir Putin.

Cosa distinta es que la mayoría de esos metaneros están sujetos a contratos de varios años de duración por parte de las empresas gasistas españolas, que son las que los tienen que fletar (no los suministradores del gas), ya que también tienen contratos de largo plazo de compra de esta materia prima. Aun así, hay una parte que debe comprarse de un día para otro -lo que se denomina spot- para ajustar la oferta a la demanda, y esa parte sí se aproxima al 7,5% citado por Ribera, según algunas fuentes. Otras aseguran que ese porcentaje es muy superior.

Las energéticas españolas confían en que tanto los países suministradores -ahora principalmente Estados Unidos- como los buques cumplan sus contratos en vigor. Pero diferentes expertos advierten de que, en una situación tan caótica como la que provocaría un corte total del gas ruso -el escenario apocalíptico del que alerta el BCE-, con todos los grandes países europeos y asiáticos compitiendo por traer gas en buques, es impredecible lo que puede suceder y que no habría nada garantizado.»Hay los buques que hay y no se pueden construir más de la noche a la mañana, se tardan años», según uno de ellos

Para evitar que esta situación provoque cortes de suministros a las centrales eléctricas, la industria e incluso los hogares, España ha elevado las reservas de gas y pretende seguir haciéndolo hasta el otoño. Pero esto tiene truco. Las reservas verdaderamente operativas son las de GNL (gas natural licuado), que son muy grandes en España y que permitirían aguantar sin suministros entre 20 y 25 días.

Ahora bien, si se consume ese gas, el almacenamiento geológico del que tanto presume el Gobierno como garantía de seguridad sólo serviría para cubrir la demanda de uno o dos días. Eso se debe a que no se puede extraer el gas a la velocidad que se necesita, porque se corre el riesgo de destruir la citada estructura geológica, según los expertos. Eso es lo que ocurrió con el famoso almacén Castor, que provocó terremotos en la costa de Castellón y Tarragona.

Explosión del precio

En todo caso, todas las fuentes consultadas coinciden en que el primer problema al que se enfrentaría España en este escenario no sería la falta de abastecimiento, sino la subida explosiva del precio. Es decir, el coste del gas se dispararía hasta niveles que harían prohibitivo encender la calefacción o el agua caliente. Y, por supuesto, eso se trasladaría al precio de la luz, que alcanzaría niveles mucho más altos todavía de los que ha marcado este año.

«Si en España tenemos problemas de abastecimiento, es que en el resto de Europa han sufrido el apocalipsis», según uno de los expertos. Ahora bien, la subida del precio puede ser tan fuerte que tenga los mismos efectos de un corte de suministro. Por eso, el Gobierno se está reuniendo con el sector y con agencias de comunicación para planificar la gestión de una crisis así, como adelantó en exclusiva OKDIARIO.