«Un director de Santalucía me llamó maricón y me acusó de acostarme con clientes para cerrar pólizas»
J. Nicolás Ferrando ha sido empleado del Centro Técnico de Agentes de Seguros Santalucía hasta mayo de 2013, al salir de la firma aseguradora demandó a la compañía y a su superior directo por presuntos delitos de odio. Asegura que sufrió acoso por parte del director de la oficina en General Ricardos de Madrid en la que trabajaba y señala que se refería a él como “maricón de mierda” o “la vedette de la oficina”. Ferrando ha decidido plasmar su versión de lo ocurrido en relato novelado Homofobia Seguros. Un mundo sin protección tras su paso por una de las empresas aseguradoras más conocidas de nuestro país.
Pregunta: ¿Por qué decidió escribir este libro y dar a conocer su historia personal?
Respuesta: Como no tengo dinero para psicólogos y soy escritor, decidí contar mi historia a través de este libro. En un primer momento estuve con psicólogos, pastillas y con una ansiedad tremenda. Y no sólo eso, para mí ha sido un aprendizaje llamar a las cosas por su nombre, esto es un delito de odio. Lo tenemos que decir así, como es, no es una ‘gracieta’, sino un delito de odio. Acosar a una persona, según el código penal, por su orientación sexual, sexo y otros motivos es un delito de odio. Además, el mismo artículo hace responsable del delito a la empresa que lo ampara.
De verdad, lo que no sentí en un primer momento es que era un delito de odio, nunca fui consciente, pero desde luego, yo no tenía nada que ocultar y había hecho bien mi trabajo, soy muy obsesivo con todo lo que hago.
P: ¿Usted cree que Santalucía ha estado detrás de los hechos que señala?
R: No tengo conocimiento, por supuesto, de que Santalucía haya orquestado esta operación, desde luego. Es más, fui premiado por la misma empresa por vender mucho y por hacer bien las cosas.
P: Y ese fue, según usted, el punto de inflexión para que su jefe directo comenzara a acosarle, ¿no?
R: Sí, desde que me premian desde Santalucía el acoso de mis superiores directos fue tremendo. Me decían ‘maricón de mierda’ o si me creía ‘la vedette de la compañía’. Incluso, y esto es lo más rocambolesco, llamaron a clientes del sexo masculino preguntándoles si me había acostado o dejado de acostar con ellos.
P: ¿Cómo sabe que llamaron a clientes de la aseguradora para preguntarles eso?
R: Bueno, fueron los mismos clientes los que me llamaron para contarme, imagina la vergüenza que sentí, yo no tengo que decir si soy gay o no. Además, como hice muchas pólizas son muchas las personas a las que llamaron, pero solo a los del sexo masculino y no sé por qué. Intentaban indagar mi manera de haber hecho la póliza y si había dado alguna contraprestación. Fue tremendo y doloroso.
P: En el libro que ha escrito también relata que Santalucía ha cometido irregularidades como fraude a la Seguridad Social con la contratación de trabajadores sin cotizar.
R: Sí, en el libro también pongo de manifiesto las irregularidades que ha cometido la aseguradora como los falsos autónomos, el fraude a la Seguridad Social, etc… Una empresa del tamaño de Santalucía no tiene razones para hacerlo. Como cuento en el libro, contratan a personas que están tres meses cobrando en negro, sin dar de alta y luego les obligan a darse de alta como autónomos cuando tienen un horario, unas reglas para trabajar, material propio, etc. Obviamente, no son trabajadores por cuenta ajena y a mí eso me fastidia mucho porque es dinero nuestro. Yo tengo 36 años y quiero cobrar pensión el día de mañana.
P: ¿Qué ha sido de su jefe directo de la oficina de General Ricardos de Madrid?
R: Tras una investigación interna de Santalucía, que yo desconozco pero que me han transmitido, lo han trasladado a la agencia de Fuenlabrada como un ‘mindundi’, como el último de la fila y esperando a ver qué pasa con él. Lamento mucho que Santalucía se haya puesto del lado del que discrimina, de quien acosa y que no me hayan hecho caso.
P: Antes de ser despedido y demandar a la compañía, ¿puso en conocimiento de Santalucía el acoso al que supuestamente fue sometido?
R: Claro, lo denuncié a mis superiores de manera verbal muchísimas veces antes y ya cuando veo que no me hacen caso mando un burofax antes de ser despedido. Me despiden el 7 de mayo de 2013 y yo lo mando el día 28 de abril. Esto, además, precipita mi despido, en cualquier caso.
P: ¿Cómo está el proceso judicial en estos momentos?
R: Sí, así es, demandé a los dos. El proceso está en marcha pero, como he comentado, la empresa está intentando dilatar el proceso poniendo querellas contra mí, cuantas más mejor. Cuando se han suspendido los juicios, el magistrado les ha recriminado muchísimo y les ha advertido que les va a condenar con los falsos autónomos, que esto es una vergüenza, etc. Está parado desde hace 4 años.
P: Santalucía también se ha querellado contra usted, ¿no es así?
R: La estrategia judicial de Santalucía ha sido que me desespere y retrasar cuatro años el juicio laboral poniendo querellas criminales sin sentido. Tres querellas y todas por lo mismo, sin hacer un compilado diferente. A mí me ayudó mucho decir las cosas por su nombre, es un delito de odio y no me importa que se haya retrasado el proceso legal cuatro años, en todas me han sobreseído y en estamos esperando la tercera. Me acusan de estafa y falsedad en documentos mercantiles, en todas ellas la magistrada no vio nada, vio que era una pantomima para retrasar el juicio.
Han coaccionado a testigos a lo largo de este proceso, pero me considero una buena persona y no me han dejado de acompañar, aunque sí que han intentado incluso algunas dádivas con ellos. Ninguna persona de mi equipo salió acusándome, salió en defensa mía, a mí no me pueden decir nada.
P: ¿Santalucía le ha llamado o se ha puesto en contacto con usted?
R: No, no, no me ha llamado. Y si yo fuera la compañía, con la marca que tienen, habría intentado atajarlo de la mejor manera, pero se han dado el lujo de acosar a una chica por parte de la esposa del director general. Me tomé un café con ella porque vino, precisamente, a comprarme el libro y llegó en estado demencial. Me hizo pensar en mucho en mi estado cuando estaba en este proceso.
P: ¿Cuál es la conclusión rápida y concisa que saca de este libro?
R: He dado este primer paso porque tengo la salud, la fuerza y el dinero para hacerlo. No me puedo creer que no haya ninguna empresa en este país condenada penalmente por discriminación por delitos de odio. No solo de orientación sexual, color, sexo, raza, edad, etc. Claro, lo que hay que hacer es esto, esperar cuatro años y estar más solo que la una y preguntarme para qué me he metido en esto. Pero, simplemente espero y, por eso me he metido en este follón, que cualquier empresa que quiera cometer un delito de odio se lo piense.
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