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Economía
GUERRA COMERCIAL

China borra datos oficiales mientras la clase media del país pierde terreno por la guerra comercial

La deflación, la pérdida de datos, la evolución del empleo y el impacto de los aranceles sobre el crecimiento destacan entre los riesgos que acechan a la segunda economía del planeta

El milagro económico de China empieza a dar señales de debilidad. Este fenómeno no quedaría tan claro con sólo observar las exportaciones desde China: rebotaron un 5,8% en el mes de junio, según los datos aduaneros publicados el pasado lunes por Pekín. Estas cifras, superiores al 4,8% que se registraron en mayo, han logrado batir todas las expectativas de los economistas, quienes anticiparon observar un traspiés en las exportaciones desde la guerra comercial. Sin embargo, los estímulos fiscales que utiliza el Banco Popular como vía de rescate y las tendencias demográficas empiezan a pintar otra imagen de la segunda economía mundial. Entre ellos, algunos riesgos son la deflación económica, el impacto de la guerra comercial en el empleo y el crecimiento económico. 

Riesgo de deflación

Fang Lui, economista especializada en la región de Asia para Edmond de Rothschild Asset Management, ha alertado que la deflación que China continúa a experimentar podría sumirlo en las llamadas Décadas Pérdidas que vivió Japón en 1980, un periodo de crecimiento cero para el país asiático. La deflación es una consecuencia de políticas monetarias que buscan atajar un brote inflacionario en tiempos de crisis al modo que frena completamente la subida de precios, al igual que el crecimiento. «Aunque los tipos están por encima de cero, la liquidez inyectada no llega a la economía real» ha alertado.

En la década de 1980, la rápida industrialización que experimentó el Dragón Rojo sacó de la pobreza a más de 800 millones de ciudadanos y dio el paso para que se convirtiera en la segunda economía más grande del mundo, según datos del Banco Mundial. Ahora, los datos oficiales empiezan a dar los primeros indicios de que la clase media china y la economía real está empezando a tener dificultades. Esto se ha visto reforzado por la pérdida de datos, como indicadores del PIB disputados por académicos y la pérdida de datos que rastrean la evolución del mercado laboral. 

Desde Schroders consideran que los aranceles del 10% podrían restar 0,5 puntos porcentuales al crecimiento económico chino y disparar en un punto porcentual la inflación china. Por ello, razonan que «los riesgos para nuestras previsiones siguen siendo inusualmente elevados debido a la actual incertidumbre sobre la política económica estadounidense».

China borra la huella

Las imprecisas estadísticas oficiales que salen desde China han ilustrado una economía muy resistente a los choques geopolíticos durante décadas. Desde la llegada de Xi Jinping al timón del Partido Comunista Chino, economistas, inversores y periodistas extranjeros han señalado la imagen poco precisa que pintan las estadísticas de la Oficina Nacional de Estadísticas de China, a medida que  han empezado a desaparecer.

El último caso que ha alarmado a la comunidad internacional ha sido la desaparición de los datos salariales publicados por Zhaopin Ltd, uno de los únicos indicadores más detallados acerca de la evolución de los sueldos en las principales 38 ciudades en China. La agencia de empleo dejó de actualizar sus  datos al cierre del año pasado, cuándo observó un desplome interanual en los salarios. Estos datos son esenciales porque aportan una imagen muy clara de cómo ha evolucionado el empleo en el gigante asiático, además de dar pistas sobre la tasa del paro. 

El grueso más fuerte de la fuerza laboral se encuentra en las dos mayores ciudades: Shánghai, donde el trabajador medio recauda 13.486 yuanes al mes (1.613 euros), y Pekín, la capital, con 13.438 yuanes (1.607 euros), según los últimos datos publicados por Zhaopin al cierre del segundo trimestre de 2024.  El tercero es Shenzhen, donde el trabajador recauda de media 12.774 yuanes al mes (1.528 euros). Luego, este salario se disminuya en cuánto lo comparamos con las ciudades más en la periferia, como es el caso para Suzhou, Guangzhou, Ningbo o Zhuhai, donde los salarios medios oscilan por debajo de los 11.000 yuanes al mes (1.317 euros) de media.