Economía

CAF y Talgo: empresas finalistas que se disputan el «macrocontrato» para el mantenimiento del AVE

Los fabricantes españoles CAF y Talgo son los que se disputan el contrato de suministro a Renfe de treinta nuevos trenes de Alta Velocidad (AVE) y su posterior mantenimiento al presentar las mejores ofertas. Talgo ha presentado la mejor oferta técnica, mientras que CAF ha ofertado con la mejor propuesta económica.

Tras abrir en la mañana de este martes las ofertas, Renfe repasará los datos para determinar el adjudicatario final del contrato, el mayor de la historia de la compañía con un importe superior a los 2.600 millones de euros, y ratificarlo en un consejo de administración a finales de semana.

El denominado ‘contrato ferroviario del siglo’, por el que también compitieron Siemens y Alstom, supone la fabricación y suministro a Renfe de quince nuevos trenes AVE y un pedido adicional de quince trenes más que la operadora irá solicitando por lotes de cinco unidades en función de sus necesidades. Además, incluye el posterior mantenimiento de los vehículos.

Se trata de la mayor compra de trenes de la historia de Renfe, según destacó la directora general de la compañía antes del inicio del acto, una adquisición con la que Renfe pretende dotarse de una flota necesaria para atender el aumento de la demanda de viajeros prevista en los próximos años.

«Con este concurso público no sólo hemos querido hacernos con un buen tren, sino también con el mejor tren en términos de eficiencia y coste», subraya la directiva.

Dinamizará la economía

Renfe asegura que, además de cubrir sus necesidades de flota, este pedido de trenes contribuirá a la recuperación de la economía española, dado que calcula que generará 1.000 nuevos puestos de trabajo, según datos de la empresa que recoge Europa Press.

Además, dinamizará un sector que cuenta con varias fábricas e instalaciones en España que lleva años centrándose en pedidos para el exterior ante la ausencia de demanda nacional.

Renfe resolverá así este histórico contrato un año después de sacarlo a concurso en diciembre de 2015. No obstante, la compañía tuvo que relanzar el proceso en mayo de este año para ajustar los pliegos de contratación a un recurso que presentó Bombardier, que posteriormente quedó descalificada de la puja.