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El Bitcoin vuelve a alzar el vuelo: sube un 120% pero los expertos advierten de su volatilidad

En lo que va de año, el Bitcoin ha subido más de un 120%, toda vez que comenzó 2019 por debajo de los 4.000 dólares, cuando este mes de junio, aunque ha caído algo respecto a finales de mayo, cotiza por encima de los 8.600 dólares.

El Bitcoin llegó a rozar, en diciembre de 2017, los 20.000 dólares. Sin embargo, tras aquel pico la cotización de la criptomoneda se ha ido desplomando como consecuencia de su realidad: la divisa nació para ser usada como moneda para comprar por Internet, no para especular con ella, con lo que cualquier subida tiene como consecuencia un aumento del gasto de los inversores, que ven en este alza una gran oportunidad para adquirir más productos.

Los expertos no recomiendan invertir en esta criptomoneda fundamentalmente por su excesiva volatilidad, que se debe a que el Bitcoin no obedece a nada, ya que no tiene ninguna relación con ninguna motivación económica, más allá de la mera oferta y demanda.

Otra de las causas por las que los expertos desaconsejan invertir en Bitcoin es por su inseguridad jurídica y legal como consecuencia de su opaca regulación, que deja un marco de ambigüedad que es aprovechado por distintas organizaciones criminales y de narcotráfico para blanquear dinero y financiar algunas de sus operaciones, entre otras cosas. Esta falta de transparencia con las monedas ‘digitales’, también se ha detectado en numerosos casos de ‘ciberestafas’ en los que la Policía Nacional ya ha tenido que intervenir.

Las criptomonedas (en inglés crytocurrency) son monedas digitales que se utilizan para realizar intercambios. A diferencia de las divisas tradicionales, no existe un banco central que las regule, sino que funcionan de forma totalmente descentralizada.

Sus defensores aseguran que son una forma de “escapar” del control de los grandes poderes financieros y de “democratizar” la economía dado que no existe ningún tipo de intermediario al realizar la transacción. Las monedas se guardan en un “monedero digital” que, a partir de una serie de códigos, buscan transmitir seguridad a sus poseedores.

Tanto Bitcoin como el resto de criptomonedas nacieron como respuesta a la manipulación monetaria que llevan a cabo los bancos centrales de todo el planeta (como el Banco Central Europeo o la Reserva Federal) con la ayuda de las grandes entidades bancarias.

Por ese motivo, Hacienda tiene muy complicado, por no decir imposible, tener constancia de que alguien posee criptomonedas. Gracias a la tecnología blockchain, el anonimato está garantizado. Sin embargo, en cuanto se haga alguna compra con bitcoins de cierta entidad o se venda monedas y el dinero pase a una cuenta bancaria ese patrimonio quedará a disposición de la Agencia Tributaria.