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El BCE urge a la banca española a no soltar el acelerador de la venta de ‘activos tóxicos’

Tras dos años de intensa actividad en el traspaso de carteras fallidas de la banca, el Banco Central Europeo (BCE) no quiere que el sector se duerma y pide a las entidades españolas que sigan con una actividad intensa en la venta de 'activos tóxicos' para sanear sus balances.

La debilidad del crecimiento económico en la eurozona ha obligado al Banco Central Europeo (BCE) a prepararse para el peor escenario en 2019. Fráncfort anunció el pasado jueves que sacará parte de la poca munición que le queda para que la banca europea no tenga problemas de liquidez en caso de que la situación económica se complique pasado este verano. Pero más allá de su ayuda, el supervisor de la gran banca de la zona euro quiere que las entidades afronten el cambio de ciclo en las mejores condiciones posibles y mira a España por los deberes que le quedan por hacer.

Pese a los grandes lotes de carteras inmobiliarias que ha vendido ya la banca española, el BCE sigue apretando a las entidades para que suelten nuevos paquetes de préstamos e inmuebles ‘tóxicos’, según confirman a OKDIARIO fuentes financieras. Y lo hace en un año en el que todo apunta a que el número de operaciones que se podrían cerrar entre bancos y fondos oportunistas podría rebajarse a la mitad.

En 2018, la banca española traspasó a estos fondos cerca de 50.000 millones de euros en activos. La operación protagonista fue la que cerró Santander con Blackstone para sanear de su balance activos heredados de Banco Popular por un valor que se estimó en esa transacción en 30.000 millones de euros.

Este volumen se logró tras un ejercicio 2017 marcado también por el alto volumen de compras por parte de estos fondos con cerca de 53.000 activos traspasados a firmas como Blackstone, Apollo Global Management, Cerberus, Lone Star, entre otros.

Sin embargo, todavía quedan inmuebles y lotes de hipotecas ‘tóxicas’ que pueden ser atractivas para traspasar a estos fondos. Solo que tras las grandes operaciones cerradas por la gran banca en los últimos tiempos, el foco ahora se pone también sobre las entidades medianas.

Tampoco acompaña la sensación de inseguridad jurídica que el Gobierno español ha trasladado a los inversores internacionales en los últimos meses en materia de vivienda con una serie de decretos que el propio Blackstone ha criticado en público, algo inusual en la operativa de estas firmas.

Según un informe difundido esta semana por S&P Global, gracias a que las entidades se han desecho en estos años de un fuerte volumen de NPA (non performing assets), el stock de estos activos podría rondar en este momento el 7,2%. La casa de análisis estima que es posible que para este año se reduzca ese porcentaje hasta el 5,5%. Pero señala a las entidades medianas y pequeñas para que este recorte sea posible.