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BBVA aumentó un 18% su gasto en prejubilaciones antes de presentar un gran ERE en España

BBVA ha anunciado este martes a sus empleados que los convoca el próximo viernes para iniciar las negociaciones de su despido colectivo, como ha adelantado este periódico.

BBVA celebrará este viernes la primera reunión con sus sindicatos para empezar a negociar un expediente de regulación de empleo (ERE) con el que el banco vasco prescindirá de unas cifras que oscilarán entre los 2.000 y los 3.000 empleados, según estimaciones del mercado no confirmadas oficialmente. En este entorno, el banco ha aumentado un 18 (17,8%) su coste en prejubilaciones hasta los 224 millones de euros en el año 2020.

Este periódico ha informado en primicia este martes de que BBVA ha comunicado a los empleados el inicio de las negociaciones para el recorte de empleos. Esta previsión de salidas se aplicará sobre los 23.300 empleados de BBVA S.A, dejando fuera a otras sociedades. Se estima que las salidas podrían afectar a un 10% de la plantilla del banco. Sin embargo, este procedimiento de ERE se va a sumar a otros que la entidad ya lleva varios trimestres realizando, como son las bajas incentivadas y las prejubilaciones que han hecho que la compañía ya lleve tiempo reduciendo plantilla de forma notable en España.

Como ejemplo, el coste que ha afrontado el banco vasco en 2020 por prejubilaciones ha sido de 224 millones de euros, 34 millones más que el año anterior que suponen el citado 18% de subida de las prejubilaciones. Este coste está creciendo año tras año después de que en 2019 fuera de 190 millones de euros y de que en 2018 fuera de 141 millones.

Hay que tener en cuenta que durante el pasado año, la entidad presidida por Carlos Torres y con Onur Genç como consejero delegado ha casi doblado el número de personas que se acogen a prejubilación en dos años. A 31 de diciembre de 2020 la sociedad firmó 781 salidas con prejubilaciones que suponen bastantes más que las 616 prejubilaciones de 2019 y las 489 de 2018.

Fuentes internas apuntan a que buena parte de estas salidas están siendo destinadas a directivos del nivel 1, el más alto bancario. Sin embargo, está claro que el coste medio de las prejubilaciones está disminuyendo, como prueba que el número de personas que se acogieron a prejubilación subió un 26,7% pero el coste sólo lo hizo un 17,8%.

Tal y como reconoce el banco en su informe financiero anual, «las sociedades españolas del grupo ofrecieron a determinados empleados en el ejercicio 2020 la posibilidad de jubilarse o prejubilarse con anterioridad a la edad de jubilación establecida en el convenio colectivo laboral vigente». Y prosigue: «Estos compromisos incluyen tanto las retribuciones como las aportaciones a los fondos externos de pensiones a pagar durante el periodo de prejubilación. A 31 de diciembre de 2020, 2019 y 2018 el valor de estos compromisos ascendía a 1.247, 1.486, y 1.793 millones de euros, respectivamente».

«No haremos un ERE»

Ya no queda duda de que BBVA no ha podido cumplir con las promesas que realizó su CEO Genç el pasado 30 de octubre, cuando expresamente en la rueda de prensa posterior a la presentación de los resultados trimestrales del banco, negó que fueran a hacer un despido colectivo y aseguró que «ha ido realizando una gestión dinámica de la plantilla sin hacer ERE y nuestra postura va a seguir siendo adaptarnos a las necesidades que tenga el negocio».

No obstante, una vez empezado el año la situación está cambiando, la pandemia ha acelerado mucho más la digitalización del grupo y BBVA espera que sus entre 2.000 y 3.000 despidos queden disimulados entre los entre 7.000 y 8.500 despidos que se pueden realizar en Caixabank tras la integración con Bankia.

Prejubilaciones adelantadas

Las prejubilaciones adelantadas tienen una imagen controvertida y además han sido criticadas por el propio ministro de Seguridad Social, José Luis Escrivá. Al contrario de lo que se cree comúnmente, estas ‘prejubilaciones’, no tienen coste para la Seguridad Social aunque sí que sorprende las edades tan tempranas a las que se aplican, especialmente en un entorno en el que el Ejecutivo quiere acercar la edad de jubilación real a la oficial -67 años-mientras que los trabajadores de la banca pueden optar a una ‘prejubilación’ previa que es hasta 17 años anterior a lo que se marca como edad de jubilación ideal.

Es decir, en un momento en el que la ciudadanía se enfrenta, después de los acuerdos de la Comisión del Pacto de Toledo, a la certeza de que tendrá que jubilarse más tarde, y que el propio ministro Escrivá  ha anunciado una reforma de la jubilación anticipada; el mensaje que se manda desde los principales bancos del país es radicalmente el contrario. ¿Esto puede considerarse o no un privilegio? Depende de cómo se vea, pues las prejubilaciones no son en realidad prejubilaciones sino despidos.