Economía
Economía española

El Banco de España confirma los nubarrones: rebaja su previsión de crecimiento y sube la de inflación

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Jarro de agua fría para el Gobierno de Pedro Sánchez. El Banco de España ha revisado a la baja sus previsiones de crecimiento para 2024 y 2025, y ha elevado las de inflación para este año y el próximo. En concreto, ahora espera que el PIB crezca el 1,8% el próximo año (cuatro décimas menos que en junio) y el 2% en 2025. Para el IPC, sube su estimación también cuatro décimas hasta el 3,6% para este año y siete décimas hasta el 4,3% para 2024.

Aunque el Banco de España cree que la economía ya se está desacelerando, considera que el impulso de la primera mitad del año permitirá cumplir su previsión anterior del 2,3% en el conjunto del año, por lo que la mantiene. Ahora bien, la inercia negativa sí impactará en 2024 y, lo que es peor, cree que la actividad no será capaz de remontar en 2025.

«El ritmo de avance del PIB en 2024 se reduce en 0,4 pp con respecto al proyectado en junio. La mayor parte de esta revisión —algo más de tres décimas— se debe al peor desempeño previsto ahora para la actividad durante el segundo semestre de 2023 —que tiene un efecto arrastre negativo sobre el crecimiento promedio en 2024— y al cambio en los supuestos técnicos, especialmente en lo relativo al encarecimiento de la energía, pero también, en menor medida, al deterioro del contexto exterior y al mayor tensionamiento de las condiciones financieras». Es decir, el Banco de España achaca esta revisión a la subida de la energía, las menores exportaciones por la debilidad del resto de la UE y las subidas de tipos de interés.

Este organismo también cita otros factores negativos, como el fin de las ayudas públicas que se pusieron en marcha con la crisis energética (por ejemplo, las rebajas del IVA de los alimentos y la luz o la gratuidad del transporte público) y la menor aportación del turismo respecto a los niveles de este verano. A este respecto, argumenta que «con una perspectiva temporal más amplia, cabe esperar que, toda vez que las exportaciones turísticas ya han recuperado sus niveles previos a la pandemia, la magnitud de su contribución al crecimiento del PIB sea cada vez más reducida».

En el lado positivo, destaca que «la paulatina disminución de las presiones inflacionistas, la recuperación gradual de la confianza de los agentes, la resiliencia del mercado laboral y la intensificación prevista en el despliegue de los proyectos acogidos al Mecanismo de Recuperación y Resiliencia [fondos europeos] aportarían un vigor creciente a la economía española en el período 2024-2025».

Inflación al alza

Dicha relajación de la inflación tardará en llegar, según las nuevas previsiones, que elevan el IPC al 3,6% este año y al 4,3% el próximo. Este empeoramiento de la estimación de los precios «se debe, principalmente, al repunte experimentado por los precios del petróleo durante el verano. Por su parte, para 2024, la revisión al alza responde, sobre todo, al encarecimiento de la energía de acuerdo con los mercados de futuros, pero también, en menor medida, a los efectos que sobre la inflación implica la extensión hasta el final de 2023 de la reducción del IVA de los alimentos y la subvención al transporte público», que también impactarán negativamente en el crecimiento del PIB.

A pesar del empeoramiento de las previsiones de crecimiento e inflación, el Banco de España mejora las de empleo: para 2023, espera ahora una tasa de paro del 12% (como media) frente al 12,2% que pronosticaba en junio, si bien mantiene su estimación del 11,5% para el próximo año. «La continuación del proceso de creación de empleo explica el proyectado descenso de la tasa de paro, que se situaría en el entorno del 11 % en el promedio de 2025», explica el informe.

Por último, también rebaja ligeramente sus predicciones de deuda pública como porcentaje del PIB, debido a la revisión al alza de este último anunciada el lunes por el INE. No obstante, advierte de que «otro riesgo relevante es el que se deriva de la persistencia de un déficit público estructural y una deuda pública elevados, en un contexto de aumento de los costes de financiación y de reactivación de las reglas fiscales europeas».