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El ‘apocalipsis’ no llegó a la banca: cierra con euforia una semana que parecía de martirio

El monstruo del IRPH no será tan voraz previsiblemente, y en cualquier caso es un problema para los bancos del futuro.

Los peores presagios se cernían a principios de esta semana sobre el sector bancario español, que ha sido duramente castigado en los últimos años, tanto en bolsa, como en su reputación, como en los tribunales. Todo indicaba que el IRPH serían las nuevas cláusulas suelo para las entidades y abrirían una espita de cientos de miles de reclamaciones judiciales.

Goldman Sachs ya había asustado: 40.000 millones tendrían que pagar los bancos. Y analistas decían que el IRPH comprometería el futuro de algunos. Pero, por el momento, a la espera por supuesto de la sentencia, no ha habido apocalipsis para la banca, y la evolución en bolsa refleja esta euforia.

No había más que ver las cotizaciones de Banco Sabadell y Caixabank este viernes, que subieron más de un 7% al cierre de sesión, para observar la euforia con la que han cerrado los bancos la semana.

Tal y como avanzaba OKDIARIO este viernes, después de leerse el dictamen aparecieron informes de banca de inversión mucho más benevolentes con la banca española. Singularmente el de Morgan Stanley, que reconoció que los efectos negativos para las entidades no eran tan grandes como se había previsto. Nada de los 40.000 millones de Goldman, sino apenas 3.154. Un impacto asumible, incluso para Caixabank (la mitad del total) porque además puede diferirse a lo largo de varios años.

En definitiva, y aunque los despachos de abogados buscarán que se generalicen los pleitos por IRPH (Fernando Zunzunegui calculaba unos 5.000 millones de euros de impacto), la banca ha quedado muy satisfecha de este primer envite.

El BCE señala el camino

Mucho más importante para los bancos ha sido sin embargo la decisión de este jueves del BCE de Mario Draghi, que ‘regaló’ a las entidades una nueva ronda de TLTRO (préstamos con condiciones ventajosas para facilitar la liquidez y de esta forma fomentar la concesión de créditos a la economía). Aunque se endureció la tasa de depósito del -0,4% al -0,5%, también estableció una parte exenta, es decir que parte de las reservas de liquidez tendrán ese coste mientras que otra parte no lo tendrá, con lo que se busca quitar tensión a la cuenta de resultados.

Pero además, el BCE aportará 20.000 millones de euros al mes a través de compras de deuda pública. Esto mejora la situación de los Estados e, indirectamente, permite que los bancos puedan dedicarse a préstamos productivos en sectores como el industrial.

En los últimos meses, el Estado había estado acaparando el crecimiento de los créditos en España. Con esta compra de bonos independiente se libera, en teoría, liquidez para prestarla a empresas y ciudadanos. Una nueva invitación a la banca a que no tenga miedo a lanzarse a su negocio crediticio a pesar de los bajos tipos de interés.