Economía

Ana Suárez, CEO de B2 Impact, ya recibió demandas de los consumidores por el acoso telefónico en Gescobro

Ana María Suárez Mínguez, responsable de B2 Impact en España, ya dirigió operativas de recobros de deudas en Gescobro, que fue denunciado ante distintas organizaciones de consumidores por sus agresivas políticas para contactar con los clientes. B2 Impact, empresa encargada de cobrar las deudas pequeñas, entre otros, de Bankinter, ha llegado a llamar en más de 70 ocasiones a un cliente en menos de 10 días, pero los casos no dejan de llegar a la redacción de OKDIARIO.

La actual CEO De B2 Impact en España, Ana Suárez, ya fue la jefa del departamento legal de Gescobro, donde desarrolló durante 11 años su carrera. La compañía es una de las que más controversia genera entre las asociaciones de consumidores y las propias delegaciones de Consumo de los ayuntamientos y comunidades autónomas, por la forma agresiva en la que realiza las llamadas, llegando para muchos al «acoso telefónico».

Ana Suárez lleva desde marzo de este mismo año en B2 Impact, en lo que la compañía consideró un fichaje «natural y participativo, en la línea del proyecto innovador» de la propia empresa. Una innovación que, según algunos afectados, está «lejos de utilizar métodos que cuiden las posibles vulnerabilidades» de los implicados.

¿Qué hacer frente a ese ‘acoso telefónico’?

Ante esta situación de hostigamiento por parte de las compañías de recobro de deudas, que «en muchos casos superan cualquier lógica comprensible», como nos comentan los afectados, «para recuperar ese dinero», existen diversas opciones.

Ángel Peinado, abogado especializado en materia de consumo, asegura que la mejor fórmula para frenar este tipo de reclamaciones telefónicas es «acudir a las organizaciones municipales o autonómicas y poner una reclamación».

Desde el momento en que se «interpone esa reclamación, el proceso queda paralizado hasta que se produzca una resolución o un arbitraje sobre esa reclamación». Las empresas como B2 Impact sólo pueden reclamar deudas vencidas, pero poner esa reclamación, además de dar visibilidad a esa suerte de acoso telefónico, «paralizan el proceso porque hay un arbitraje pendiente sobre la deuda». No pueden seguir llamándote tras esto.

«Si te vuelven a llamar», dice Peinado, «debes documentarlo y reclamar, porque pasa a ser coacción».

Como nos comenta, el problema de muchas de estas empresas es que se hacen con una cantidad de deuda en general, y cobran por rescatarla, pero no son conscientes en muchos casos de la complejidad del expediente que hay detrás. «Ni miran la situación personal», como reclaman los afectados, «ni saben si ha habido algún problema por el que el pago no deba de producirse», como comenta Peinado.

Es posible, en algunos casos, que la deuda con la compañía se deba a un problema de la propia compañía, o a «una reclamación mal solventada por parte del cliente». Algo que «no suelen tener en cuenta quienes llaman una y otra vez».

De nuevo, Peinado es claro: «Si no debes dinero, pon una denuncia porque esas llamadas también pueden ser coacción». Las llamadas, que se producen de forma sistemática, tienen como objetivo cobrar rápido y, sobre todo, no dar una «gran capacidad de reacción».

Lo curioso es que, «por el tipo de deuda», normalmente cantidades pequeñas, «si van a juicio o a un monitorio podrían perder, porque compran la deuda o la gestionan sin mirar de qué es o cómo ha llegado a producirse».

«Si es por un error de la compañía, o si se ha producido algún tipo de abuso en los intereses, e incluso si, a la hora de recuperar esa deuda, se produjo algún daño como consecuencia de las presiones, las empresas no podrán cobrarte la deuda». «Por eso te presionan», o llegas a sentirte amenazado con ir a juicio. «Se trata de que pagues rápido».

Los propios afectados lamentan que sea así. Todos los consultados por OKDIARIO entienden que, si se produce un impago, las compañías «tienen su derecho a reclamar», pero lamentan las maneras, y el trato que, en casos como los de B2 Impact, «es falto de ética». «Pese a atender la primera llamada», nos escribe un nuevo afectado, «llamaron otras tres veces en el mismo día de una empresa para recuperar una deuda con Bankinter».