Economía
¡Es el mercado, amigo!

Agosto hace honor a su mala fama en Bolsa

  • Eduardo Segovia
  • Corresponsal de banca y empresas. Doctor y Master en Información Económica. Pasó por El Confidencial y dirigió Bolsamanía. Autor de ‘De los Borbones a los Botines’.

Hemos empezado agosto con un buen susto en Bolsa, con la mayor caída del Nikkei japonés desde 1987 (el 12,4%) el lunes, que arrastró a todos los mercados mundiales. Después las cosas se han calmado un poco y los índices han recuperado terreno, pero los inversores tienen la mosca detrás de la oreja y temen que en los próximos días haya una fuga masiva de dinero que provoque nuevos desplomes.

Como siempre pasa, a toro pasado los «expertos» (con muchas comillas en algunos casos, como los que salen por la tele) tienen todo tipo de explicaciones para esta caída. Y es verdad que las hay: el debilitamiento de la economía de Estados Unidos; la reticencia de la Reserva Federal (Fed) a bajar los tipos pese a este panorama y a que el BCE ya ha comenzado a hacerlo; la excesiva subida que acumulaban las Bolsas (en especial la tecnología), con lo que las valoraciones eran muy elevadas; el exceso de inversión en inteligencia artificial; las subidas de tipos a contracorriente de Japón

Sede de la Reserva Federal (Fed).

Pero todos esos factores estaban ahí desde hace tiempo y las Bolsas no habían reaccionado y nadie había alertado de que podían provocar estas caídas. Son los capitanes a posteriori. También es verdad que es muy difícil anticipar estas cosas. Porque siempre hace falta un detonante, que muchas veces es algo nimio pero que sirve para que cambie el sentimiento del mercado. La gota que colma el vaso. En este caso, ha sido un mal dato de empleo en EEUU publicado el viernes de la semana pasada.

Cambio de sentimiento

El sentimiento es lo fundamental para los movimientos del mercado, porque al final está formado por personas que se mueven por dos grandes fuerzas: la avaricia y el miedo. Y todos los análisis bursátiles sirven para que tengan confianza o la pierdan. Hasta ahora, la Bolsa vivía en un mundo ideal -de ahí las fuertes subidas- porque esperaba un aterrizaje suave de la economía norteamericana (y también de la europea) después de que no se cumplieran las previsiones recurrentes de recesión de los últimos años.

Y ese escenario ha cambiado de golpe y porrazo, con lo que se ha instalado la desconfianza de forma generalizada. Ahora, la Bolsa teme una recesión en la economía. Eso implica, como mínimo, que se han acabado las subidas por un tiempo. Y, más probablemente, que vamos a ver mayores caídas en los próximos días y semanas. ¿Hasta dónde llegarán, será una mera corrección de las alzas previas, será el inicio de una tendencia bajista…? Nadie lo sabe, pero, por si acaso, nadie se arriesga, en especial los grandes fondos de inversión que son los que mueven las cotizaciones. Toca nadar y guardar la ropa.

Sede de Pimco.

Más allá de lo que pueda ocurrir en la Bolsa, estamos ante un cambio de escenario para la economía que puede tener consecuencias mucho más graves. PIMCO, la mayor gestora del mundo de fondos que invierten en bonos, ha hecho un análisis histórico que demuestra que el 70% de las veces que la Fed sube tipos provoca una recesión. Y calcula que se han duplicado las probabilidades de que llegue una crisis grave en EEUU en los próximos 12 meses.

España se tuerce

¿Y España? Nuestra estructura económica es bastante parecida a la norteamericana desde el lado de la demanda, con un gran peso del consumo interno (aunque a años luz en otras cuestiones como empleo o productividad). Y ya empieza a haber signos de que la cosa se está poniendo fea: se crean menos empresas, la producción industrial se hunde… El cohete de Pedro Sánchez empieza griparse.

A lo que hay que sumar lo que en inglés se llama anecdotal evidence: zonas eminentemente turísticas, como Baleares o la Costa Brava, están mucho más vacías este verano que en años anteriores. Las aerolíneas ya lo están notando, con caídas de beneficios para Ryanair Lufthansa. Y si el turismo pincha, estamos fastidiados, porque ha sido el artífice de la recuperación post pandemia junto con el ingente gasto público de Pedro Sánchez financiado a base de deuda.

Terraza medio vacía.

En el lado positivo, este cambio de panorama va a obligar a la Reserva Federal a ponerse a bajar los tipos de interés a toda máquina (incluso se considera una posible reunión de emergencia), y el BCE tendrá que ir detrás. Buenas noticias para los hipotecados y para las empresas endeudadas, como les contábamos ayer en OKDIARIO.

Ahora bien, el peligro es que, con esas bajadas, la inflación se vuelva a salir de madre. O incluso el peor escenario para la economía: la temida estanflación (estancamiento con inflación). Si llegamos a eso, sí que va a correr la sangre en los mercados.