Liga Santander: Atlético-Villarreal

El Villarreal es un ‘Expediente Warren’

El Atlético lo hace todo para ganar y acaba empatando ante un rival que sólo tiró dos veces a puerta

Dos errores defensivos condenaron a los rojiblancos, que arrasaron al Villarreal en la primera parte

atletico villarreal
Atlético y Villarreal empataron en el Metropolitano.

Es un Expediente Warren. No existen motivos lógicos para explicarlo, pero es una evidencia que el Villarreal es un equipo que al Atlético se le atraganta. Da igual lo que haga. Da igual como juegue. Enfrentarse al Villarreal es siempre garantía de problemas. Es difícil contraer más méritos que los que acumularon los rojiblancos en la primera parte para ir ganando. Es aún más complicado entender cómo lograron los amarillos llegar al descanso sin que su portería hubiera sido vulnerada y como consiguieron hacer barraca en sus dos únicos disparos entre los tres palos. El resultado es injusto desde cualquier punto de vista, a pesar del gol en el minuto 95 de Mendy en propia puerta que evitó la derrota local, pero deben extraerse conclusiones, y la más obvia es que el partido se perdió desde dos errores defensivos claramente evitables.

El Atlético arrasó al Villarreal durante casi todos los primeros 45 minutos. Mandaron un balón al poste, remataron otras dos veces a portería vacía y crearon ocasiones que en condiciones normales nunca se fallan. Y sometieron a su rival a una tiranía absoluta gracias al soberbio partido del francés Thomas Lemar, que jugó una primera parte para ser enmarcada y a la que para ser perfecta sólo le faltó el gol que se le negó en dos ocasiones.

Tras un arranque hegemónico en el que el Villarreal apenas pudo respirar, a los 23 minutos Lemar acarició el gol con la yema de los dedos. El francés comenzó la jugada con dos regates en medio campo y tuvo todavía pulmones suficientes para llegar arriba al remate y obligar a Rulli a una parada milagrosa que acabó con el balón en el poste. Lemar golpeó el suelo con rabia tras haber enviado el rechace del portero argentino por encima del travesaño mientras en la banda Emery respiraba aliviado. Era increíble que no se hubiera movido el marcador.

Domina el Atlético

Tomándose la oportunidad de Lemar como un último aviso, El Villarreal dio un paso hacia adelante y empezó a alejar al Atlético de su portería. Poco a poco el dominio doméstico fue amansándose y el partido empezó a ofrecer alternativas porque el francés Capoué se hizo fuerte en el medio campo. Sin embargo, Oblak no tuvo que intervenir ni una sola vez, entre otras cosas porque Gerard Moreno estuvo lento en un balón peligrosísimo que recibió en el área, dando tiempo a Giménez a recuperar la posesión.

Recuperado de la primera y única llegada visitante, el Atlético volvió a resurgir en la recta final de la primera parte, y de nuevo estuvo muy cerca del gol. Primero en un pase largo en el que Correa se anticipó a Rulli. El delantero argentino advirtió la llegada de Carrasco, que disparó a gol sin portero, pero con los centrales alojados bajo los palos de la meta castellonense evitando de nuevo el 1-0, que también se le negó en la prolongación a Trippier, que con todo a favor fue incapaz de cabecear a la red otro pase maravilloso de Lemar en la acción que puso punto y final a la primera parte. Simone no daba crédito a lo que estaba sucediendo cuando el árbitro detuvo el partido. Era imposible acumular más méritos para ir ganando. Sin embargo no se había movido el marcador.

Era tanta la mala suerte que había perseguido a los rojiblancos en la primera parte que estaba claro que en la primera ocasión en la que llegara a puerta el Villarreal iba a marcar. Y así fue. A los 51 minutos apareció Manu Trigueros para mandar a la red un pase desde la derecha de Dia y alimentar la leyenda negra que acompaña a los castellonenses cada vez que pisan el estadio rojiblanco.

El Atlético, sin embargo, no estaba dispuesto a creer en fantasmas. Sólo cuatro minutos más tarde Llorente robó un balón que estaba en poder del Villarreal y su pase en el área a Correa acabó culminándolo Luis Suárez con un disparo a la red ante el que no pudo hacer nada Rulli. El uruguayo no necesita ni siquiera participar en el partido para ser decisivo. Le basta con estar en el lugar adecuado en el momento preciso. Y en eso no hay otro como él en todo el mundo.

El partido se vuelve loco

El 1-1 dio paso a un nuevo partido en el que los banquillos jugaron un papel fundamental. Emery fue el primero en mover pieza con Coquelin y Alberto Moreno. Simeone se resistió algo más, pero acabó dando entrada a Rodrigo de Paul y Saúl para aumentar la fortaleza y el físico del medio campo. Lo sorprendente en el caso del Cholo fue la identidad de los sustitutos, porque quienes abandonaron el partido fueron Carrasco y el goleador Luis Suárez. Correa se movió inmediatamente al centro para tratar de prolongar su estado de gracia.

Sin embargo para el Atlético sigue siendo imposible romper la maldición del Villarreal. A los 74 minutos, en una jugada sin aparente peligro, Giménez perdió un balón prohibido y el recién incorporado Danjuma se encontró con una oportunidad inmejorable. Segunda incursión amarilla más allá del medio campo y segundo gol. Jugar a la lotería con un solo número y sacar El Gordo a la primera. Ni más ni menos.

Sin perder la fe pese a tantos golpes de infortunio el Atlético siguió intentándolo todo y al final acabó recogiendo su premio, también de la forma más insospechada posible, en un pase largo de Saúl que Mandy cabeceó hacia atrás sin percatarse de que su portero había salido. No podía ser que un equipo tuviera tanta suerte durante tanto tiempo y al final el Atlético amarró un punto que se mereció de sobra.

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