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Etapa 1 de la ronda francesa

Tour de Francia 2018: Froome busca el quinto con el Movistar de Nairo y Landa como gran rival

El discutido Chris Froome (Sky), vigente ganador del Tour de Francia, busca igualar a los Anquetil, Merckx, Hinault e Indurain con su quinta ronda gala, el Tour de Francia 2018, que se disputará del 7 al 29 de julio. El británico es el primero de un pelotón de favoritos, entre ellos el italiano Vincenzo Nibali (Bahrain) o los líderes del Movistar, Nairo Quintana y Mikel Landa, en una edición que arranca este sábado desde la isla de Noirmoutier, en la costa de Vendée.

Chris Froome es, por ser el ganador de las tres últimas ediciones de la ronda gala, por optar al doblete Giro de Italia-Tour de Francia en este 2018 y por estar cerca de enlazar cuatro victorias en las tres ‘grandes’ –Tour y Vuelta 2017 y Giro 2018–, el gran protagonista y candidato.

Pero el británico no llega de forma plácida a la cita, sino que ha sido objeto de incontables debates por su positivo por salbutamol en la pasada Vuelta a España del que ha sido absuelto, esta misma semana, por la UCI. Está libre de sospecha, indultado al cien por cien, pero fue increpado y abucheado por la afición en la presentación del Sky este jueves.

«No es nada agradable, para nuestro deporte no es bueno. Esperamos tratar de evitarlo. De todas maneras, de lo que siembras, recoges», apuntó uno de sus principales rivales, el colombiano Nairo Quintana, la víspera del inicio de una posible nueva era.

La incógnita de cómo afrontará la carrera Froome y su equipo, en el ojo del huracán, está presente. Pero el británico quiere ese doblete Giro-Tour que no se logra desde 1998 con el malogrado ‘pirata’ Marco Pantani, y quiere sumar un cuarto triunfo seguido en una ‘grande’.

Pero desea acallar las críticas entrando en el club de los quíntuples ganadores del Tour de Francia, en el que figuran Bernard Hinault, Eddy Merckx, Jacques Anquetil y el español Miguel Indurain, y subir a lo más alto del palmarés de la carrera.

El peso del ciclismo español lo llevará el Movistar Team, en el que Alejandro Valverde parece ceder la presión y el liderato tanto a Nairo Quintana –acumula 3 podios en 4 participaciones– como a Mikel Landa, con el vasco como gran esperanza nacional tras ser cuarto en el último Tour de Francia pese a ir como ‘escudero’ de Froome en el Sky.

Pero el tricéfalo Movistar no será la única alternativa a Froome. El ‘Tiburón’ Vincenzo Nibali acude con un Bahrain-Merida preparado para el asedio definitivo al Tour, y con una planificación pensada para llegar bien a la carrera. Igual que Richie Porte (BMC), el gran damnificado el año pasado por una caída que le obligó a retirarse.

El ‘gallinero’ está bien servido y completo, con el colombiano Rigoberto Urán (EF Drapac) –segundo el año pasado– o el holandés Tom Dumoulin (Sunweb) –ganador del Giro 2017 y segundo en la última ‘corsa rosa’– dispuesto a lograr la revancha ante Froome y superar a otros aspirantes como Adam Yates (Mitchelton-Scott) o Daniel Martin (UAE-Team Emirates).

Todo ello sin olvidar a Romain Bardet (AG2R), la gran esperanza gala tras su tercera posición el año pasado y con un perfil idóneo para dar la campanada. Y como posibles sorpresas, el esloveno Primoz Roglic (Lotto NL-Jumbo) o Bob Jungels (Quick-Step Floors), que dependerán de gozar de su mejor estado de forma.

Un recorrido montañoso

Una de las características de este Tour de Francia, en su 105ª edición, será un recorrido de 3.351 kilómetros pensado para el espectáculo en la montaña con sus 26 puertos o cotas, 6 etapas consideradas de alta montaña y 3 de ellas con finales en alto.

Con los Alpes siendo claves, como de costumbre gracias a los colosos del Alpe d’Huez, final de una 12ª etapa muy exigente con paso previo por La Madeleine o La Croix de Fer, o el final de la 11ª etapa en La Rosière, pondrán maduras las piernas de los aspirantes a la general.

La montaña se presume decisiva, pero para poder optar al podio final en París no bastará con ser buen escalador, ya que esta edición de la ronda gala contará con una contrarreloj individual –en la penúltima etapa, sobre 31 kilómetros– y otra ‘crono’, por equipos, de 35,5 kilómetros en la tercera etapa.

Además, la primera semana de carrera se presume cuanto menos inquietante por la presencia de etapas cercanas al mar, donde el viento podría causar estragos. Y marcada en el calendario está la novena etapa, con final en Roubaix y 21,7 kilómetros con pavé.