Sagan, eterno segundón, se proclama campeón Mundial

Su imagen era objeto de mofa de todo los aficionados al ciclismo mundial. Era el Poulidor del siglo XXI, pero en lugar de luchar por ganar la general del Tour de Francia, lo suyo son las etapas y las carreras de un día. Este año, sin ir más lejos, sumó cuatro segundas posiciones en la ronda gala y siete segundos puestos más a lo largo del año. Para culminar una temporada para el olvido, una motocicleta de la Vuelta a España le tiró cuando era el máximo favorito a ganar una etapa y además tuvo que hacer frente a quemaduras de segundo grado.

Con esta tarjeta de presentación, nadie pensó que Peto fuese a tener la capacidad necesaria para leer la carrera y aprovechar su innatas cualidades para proclamarse campeón del mundo a los 25 años. El eslovaco se presentó en el pelotón internacional hace cinco años como un adonis capaz de ganar al sprint, en pavés y repechos cortos. Todo el mundo comenzó a vigilar su figura y de los triunfos iniciales se llegó incluso a poner en duda su calidad. Hoy acabó con todo eso.

Tras 258 kilómetros recorridos, el pelotón apenas se había disgregado. Varios intentos de fuga que no tuvieron excesivamente representación española -sólo Dani Moreno estuvo un rato en cabeza- no llegaron a cosechar más de un minuto de ventaja. Sagan arrancó cuando nadie lo esperaba. En el repecho más duro, con pavés y un 12% de desnivel. En condiciones normales todos habrían pensado en que el eslovaco economizaría hasta la recta final, pero su ataque pilló a todo el mundo mirando al de la derecha. Consiguió unos valiosos segundos de ventaja y no volvió a mirar atrás.

Por detrás, intentó reaccionar -otra vez tarde- España con un enorme despliegue de Luis León Sánchez para poner a Valverde en posición franca para intentar conseguir su séptima medalla. Lo intentó el murciano, pero en el sprint final sólo pudo acabar quinto. España se marcha de Canadá decepcionada y sin medalla. Ya olía mal tras las declaraciones de Purito sobre Valverde tras la Vuelta a España. Sin lugar a duda, no iba de farol.