La operación de Goldman Sachs y el Nuevo Mestalla arruinará al Valencia
El club no mejorará sus ingresos netos con el nuevo estadio durante un cuarto de siglo, al no asumir Lim el coste de la inversión
El club deberá crear una empresa para titulizar las garantías exigidas por Goldman Sachs y sus inversores, en la reunión de Florida
La operación exige la aprobación previa de la Junta de Accionistas y un permiso especial de la Liga de Tebas
Miguel Zorío, ex vicepresidente del Valencia, ya desveló a principios de abril los términos de la negociación del Nuevo Mestalla entre los representantes de Peter Lim y de Goldman Sachs, en la reunión que mantuvieron en Florida hace unos meses, a petición de los inversores institucionales buscados por el banco americano, y que no son otros que algunas de las principales aseguradoras de Estados Unidos.
Para el portavoz de Marea Valencianista, «con Peter Lim, el Valencia CF se encuentra sumido en graves dificultades financieras, ya que los costes y el pago de la deuda han superado con creces los ingresos durante estos años (a lo que hay que sumar el desastre deportivo y la desaparición del equipo de las competiciones europeas). En medio de todo esto, el club se ha comprometido a terminar el nuevo estadio con capacidad para 70.000 espectadores y una inversión final que pasará de los más de 400 millones de euros presupuestados, a los 1.300 millones de euros cuando el club termine de pagar los préstamos de CVC y de Goldman Sachs. Eso sí, Peter Lim podrá pegar un pelotazo urbanístico que se acercará a los 300 millones de euros, y podrá vender sus acciones sin tener que hacer frente a la ruina económica que ha generado. Todo ello avalado por los políticos de la ciudad y con el silencio cómplice de los vecinos de Benicalap».
«Como ya comenté en abril, un estadio más grande debería significar más aficionados en cada partido y, a su vez, mayores ingresos para aliviar la carga financiera del club. Sin embargo, cuando el club quiso seguir adelante con el plan, se encontró con una trampa: la propiedad del Valencia CF, Meriton y Peter Lim, no quieren avalar la deuda que ellos mismo han creado, a pesar de mover compras y ventas de jugadores por un valor que supera los 1000 millones de euros. Goldman Sachs dio con una oscura norma española que permitiría al equipo titularizar lo que el banco denomina «ingresos extraordinarios», en forma de futuras ventas de entradas, comida y bebidas. «En la práctica, esto significa que el Valencia CF venderá bonos respaldados por derechos sobre ingresos futuros de los próximos 25 años: las mejores butacas, palcos y restaurantes del nuevo Mestalla», ha confirmado Miguel Zorío.
Para materializar el fideicomiso, el Valencia CF creará un Fondo de Titulización y ha acordado vender a las aseguradoras, valores representativos de algunos de sus derechos, títulos e intereses en ingresos futuros. En la reunión de Florida, varias empresas de colocación privada, entre ellas varias aseguradoras estadounidenses, se comprometieron a adquirir ingresos futuros del Valencia CF por valor de más de 300 millones de euros, y por ellos obtendrán una media de más de 16 millones de euros anuales de intereses durante 25 años, abonados en cinco tramos (a los que habrá que sumar el capital prestado en los dos préstamos de Goldman Sachs). Además, el club debe pagar a CVC los 120 millones de euros prestados a 50 años, con un coste medio de casi 10 millones anuales.
En total, el préstamo total de Goldman Sachs a 28 años con tres de carencia de capital (120 que quedarán vivos del primer préstamo y que ahora se pasan a largo plazo, y 180 del nuevo, tras descontar los 60 que sirven para amortizar el primero) tendrá un coste de 633 millones de euros, más las comisiones de apertura y gestión. Por su parte, el préstamo de CVC de 120 millones de euros tendrá un coste total de 483 millones de euros, al finalizar su periodo de amortización. Sumando los dos préstamos, el coste del estadio, contando la inversión ya realizada, superará los 1300 millones de euros, y eso que dejan sin ejecutar la fachada y casi el 50% de la obra interna necesaria.
«En estos momentos solamente la justicia puede frenar esta barbaridad, amparada en tres ilegalidades de libro: una junta de accionistas que aprobó la operación sin el consentimiento de los accionistas presentes, un pleno del Ayuntamiento de Valencia que aprueba las fichas urbanísticas en contra del dictamen del letrado municipal, y una licencia de obras que no se puede conceder hasta que no se cumplan todos los requisitos del Polideportivo Municipal. Lo que está claro es que el nuevo Mestalla lejos de servir para mejorar la situación financiera del club, lo va a arruinar: el Valencia CF no obtendrá más ingresos por el estadio en los próximos 25 años, y de todo ello el culpable primero es Peter Lim, que como propietario no ha querido avalar ni financiar la obra; seguido de los dirigentes políticos municipales», ha dicho el ex vicepresidente, Miguel Zorío.
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