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NADAL VS WAWRINKA: FINAL DE ROLAND GARROS

Nadal quiere el Décimo Roland Garros ante el tiburón de las finales Grand Slam

  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

Rafa Nadal ansía conquistar de nuevo su tierra prometida. París le espera para levantar su Décimo Roland Garros, algo único e irrepetible en la historia del tenis. Al español le espera un auténtico especialista en jugar y ganar finales de Gran Slam, el suizo Stan Wawrinka, quien posee un inmaculada tres de tres cuando ha tenido que jugarse el todo por el todo en una final de un grande.

Nadal fue una de las víctimas del tenista suizo allá por 2014, cuando sorprendentemente le arrebató la corona en el Open de Australia con todos los pronósticos en contra. Desde entonces, Wawrinka ha salido a Gran Slam por temporada y superando al gran favorito –Novak Djokovic– en ambas ocasiones. Ahora el suizo llega nuevamente con la vitola de menos favorito, aunque estos triunfos le han quitado la careta de cara a un Nadal que sólo piensa en él.

«Si estoy bien, hago mi juego y estoy agresivo puedo conseguir el resultado que quiero. No voy a pensar quien está delante», dijo el jugador que más puntos ha sumado en el ranking esta temporada. El español ha jugado su mejor Roland Garros –al menos en lo que a minutos en pista se refiere– desde 2008 mostrando una contundencia innata abatiendo a varios rivales por 6-0 en alguna manga, incluido el llamado a ser su sucesor Dominic Thiem.

Nadal tiene por delante una tarde histórico ante un rival que ni mucho menos se arruga ante la presión. Pueden pesarle a Wawrinka las casi cinco horas que jugó en semifinales ante Andy Murray, aunque todo el mundo coincide en que su estilo no depende del despliegue físico, sino de su inspiración con sus golpes ganadores.

El jugador suizo, como marca la escuela de Roger Federer, posee un gran revés a una mano unido a un tremendo drive que lo convierte en una roca si Nadal no consigue conectar golpes profundos. En lo que Rafa consiga mover a Wawrinka dependerá mucho la suerte del partido donde el español se juega entrar en el Olimpo y desempatar con Pete Sampras como el segundo tenista con más Grand Slam en su palmarés.