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Los motivos por los que Dani Pedrosa nunca ha ganado un mundial de MotoGP

La temporada que Pedrosa estuvo más cerca fue la de 2012.

Dani Pedrosa se retirará al final del presente campeonato.

Aunque todos nos lo olíamos desde hace algo más de una semana, aún cuesta creerse que Dani Pedrosa se vaya a retirar este año. Aún tiene una edad como para seguir compitiendo, pero la falta de un proyecto en el que él crea y una motivación decreciente, entre otras cosas, le han empujado a dejarlo. En cierto modo casi mejor, porque deja una muy buena imagen como piloto que otros han acabado manchando por permanecer más años de lo debido encima de la moto. Por desgracia, todo su buen hacer nunca se ha traducido en la consecución del mundial de MotoGP. ¿Por qué? Los motivos son los siguientes:

Su constitución física, un problema en MotoGP

Por muy bien preparado que estés físicamente, las leyes de la naturaleza son las que son. Dani Pedrosa mide 1,58 y pesa 51 kilogramos, lo que es un hándicap de cara a pilotar en determinadas circunstancias una moto de la clase reina. Por un lado, no genera la misma temperatura en los neumáticos -especialmente en el trasero- que sus rivales, lo que resulta mortal en algunos circuitos, derivando en una irregularidad que a la larga le impide luchar por el campeonato. Y por otro, la escasa longitud de sus extremidades no le permiten manejarse con tanta soltura como otros sobre una moto tan grande. Lo que fue una ventaja en 125 cc y 250 cc, se convirtió en un problema en la clase reina.

Las lesiones

Dani Pedrosa siempre ha sido un piloto con gran tendencia a las lesiones. A su edad, 32 años, ha sido operado en decenas de ocasiones y se ha hecho daño en más de treinta. Cifras de asustar, desde luego, que han ido mermando su confianza. Y no hay nada más importante encima de cualquier vehículo de carreras que mostrar determinación para ir deprisa. Si no, solamente hay que ver los resultados de Jorge Lorenzo en agua desde que tuvo aquel accidente en Assen 2013. De esta forma, el menudo piloto catalán ha visto como el excesivo tiempo que ha pasado en hospitales le ha impedido triunfar, especialmente en un 2012 en el que parecía encaminado a jugarse el título precisamente con Lorenzo… hasta que se cayó en Motegi.

Dani Pedrosa, un piloto excesivamente sensible

Existen dos tipos de pilotos de carreras. Por un lado, aquellos que necesitan que esté todo en orden para dar lo mejor de sí mismos, y por otro, los que son capaces de sobreponerse a los defectos de su montura para dar el 100%. Pedrosa pertenece a los primeros. Eso sí, el día que logra dejar todo como a él le gusta es absolutamente inalcanzable, algo que otros no pueden decir. Por desgracia, cuando hay algo que falla, que suele ser lo habitual, Dani tiende a hundirse, quizás por esa falta de confianza que le han ido dejando las lesiones.

Falta de agresividad

Para ser campeón del mundo de MotoGP hace falta un punto despiadado que Dani Pedrosa nunca ha tenido. Apenas se le recuerda un duelo de última vuelta ganado -a Lorenzo, en Brno 2012- en toda su carrera. Las batallas cuerpo a cuerpo no han sido nunca su fuerte, y siendo como es el motociclismo, este defecto se convierte en algo mortal de necesidad.