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El madrileño ha ganado estatus en la escudería

La promesa de Ferrari a Carlos Sainz

Carlos Sainz: «Sólo le pido a Ferrari que el coche vaya como un cohete y el resto ya lo pongo yo»

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Carlos Sainz Ferrari
Guillermo Sáez

La situación interna ha cambiado en el equipo Ferrari. El sobresaliente rendimiento de Carlos Sainz en su primera temporada vestido de rojo ha provocado un cambio de discurso en el seno de la Scuderia. Hasta hace bien poco tiempo, nadie en Maranello dudaba en señalar a Charles Leclerc como la gran apuesta de futuro para recuperar el título mundial. Una vez que el madrileño ha finalizado el Mundial de Fórmula 1 en quinta posición, por delante de su compañero de equipo, Matia Binotto modera sus palabras hacia un discurso más ecuánime.

“En términos de pilotos, como hemos dicho a menudo, es la pista la que  dictará sentencia. La prioridad siempre es el equipo, pero si pueden competir por un puesto importante en el Mundial, será la pista la que diga quién está por delante. No tendremos una política de número uno y número dos. Simplemente lo discutiremos en función de las posiciones cuando llegue el momento», asegura el capo de Ferrari.

Palabras distintas a las que pronunció tan solo un mes antes, cuando se mostró «del todo convencido de que Leclerc se convertirá en el próximo campeón del mundo». En ese momento aún quedaban las dos carreras finales del año en Arabia Saudí y Abu Dabi, donde Carlos Sainz subió a su cuarto podio de la temporada y confirmó el ‘sorpasso’ al piloto monegasco. Atropellado por este resultado, a Binotto no le ha quedado más remedio que cambiar su mensaje y mostrarse más conciliador con el español.

Mientras tanto, Carlos Sainz confirma el subidón de su estatus con las tradicionales encuestas que la Fórmula 1 realiza cada año a pilotos y jefes de equipos. En ambas ha sido elegido el cuarto mejor piloto del año solo por detrás de Max Verstappen, Lewis Hamiton y Lando Norris. En Ferrari ya no le miran como a un escudero. Saben que tienen a un candidato para cerrar una sequía que se remonta a 2007, cuando Kimi Raikkonen fue el último en reinar de rojo.