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«Empatamos un partido y ya nos están matando»

El fútbol no tiene memoria. Quizás es una de las frases que más hemos oído en los más de 150 años de historia del deporte rey y en la que se apoyan ahora en el vestuario del Real Madrid después del inesperado empate ante el Valencia (2-2).

Los jugadores blancos se han conjurado para no hacer caso de las críticas porque sabían que iba a ser así. Bale y Benzema han sido esta vez el principal foco de las mismas pero la piña pesa más que nada.

El concepto que acuñó Lucas Vázquez la temporada pasara y en ésta ya ha nombrado otro integrante de la plantilla merengue como Nacho es el que intentan demostrar tanto de puertas para adentro como fuera con los aficionados y la prensa.

Precisamente las de este último sector -y en referencia a los panfletos catalanes sobre todo- no preocupan en el primer tropiezo del curso: «Si nos criticaban en pretemporada, ahora que es un partido oficial…». Los titulares con los que han amanecido este lunes no parecen molestar a Zidane y compañía como hacían antaño.

En el camino correcto

Preocupación cero. La plantilla del Real Madrid sabe que está en el camino correcto para conseguir el mayor número de títulos posibles y es por eso que el tropiezo ante el Valencia no es más que una llamada de atención para quién pensaba que la temporada sería un camino de rosas.

Zidane ha implantado un nuevo estilo con el balón que sus antecesores Mourinho y Rafa Benítez no siguieron y eso aumenta las posibilidades de victoria en el conjunto blanco. Es por eso que las críticas que antes llegaban al vestuario, ahora se quedan en la puerta de Valdebebas porque saben que están en la dinámica correcta.