Davidovich sucumbe en Delray Beach: no aprovecha dos bolas de partido y deja escapar su primer título
El español dejó escapar el título tras ir 5-2 y 40-15 arriba en el set definitivo
Kecmanovic se rehizo y se llevó los cinco juegos siguientes para llevarse el trofeo

El golpeo de Davidovich no supera a un Kecmanovic que levanta su segunda bola de partido en contra y se rearma. Germina ahí su remontada y una desconexión, la del español, que desde entonces no logra apuntarse juego alguno y pasa del 5-2 favorable al 5-7 definitivo. El serbio levanta el puño y se viene arriba. Su resiliencia le permite tumbar (6-3, 1-6, 5-7) al español y levantar el trofeo en Delray Beach.
Se trataba de la segunda final en la carrera del español, que se marcha de Florida con la vitrina por estrenar tras sucumbir como lo hiciera frente a Tsitsipas en Montecarlo 2022. En esta ocasión las sensaciones fueron mejores, pero igualmente agridulces. Pues presentó batalla, tanta que se llevó el primer set y tenía encarrilado el definitivo tras haberse dejado ir en el segundo.
Pero se desconectó y Kecmanovic entró en ebullición para fundir a Davidovich e imponer su ley. La mentalidad es muy importante en el deporte, más todavía en el tenis, un deporte en el que el tenista se ve imbuido en una toma de decisiones constante cada 30 segundos. Sacar, restar, atacar, sostener, iguales, ventaja… «Qué injusto, qué injusto», decía Davidovich mirando a su banquillo en plena remontada de Kecmanovic.
Llegó a detener el partido por un instante porque se le rompieron los cordones de la zapatilla. El público le abucheó y el español mostró su calzado descosido como argumentario de su pausa. Ya estaba desconcentrado y fuera del partido.
Miomir-aculous! 😱
TWO championship points saved 🔜 @MioKecmanovic prevails 3-6 6-1 7-5 @DelrayBeachOpen | #DBOpen pic.twitter.com/7P4RxxbELO
— ATP Tour (@atptour) February 16, 2025
Tuvo un conato de reacción con una bola de break que hubiera forzado el tie break, pero se quedó en eso, en una tentativa. La frustración respondía más al marcador que a su tenis. Porque su muñeca fluía, pero claro, dejó escapar un 5-2 y 40-15 arriba en el set definitivo y frustra al optimista más empedernido. Dispuso de dos pelotas de partido a favor, parecía finiquitado.
Pero la cercanía al triunfo fue preludio de su desconexión. Se fue su derecha por unos centímetros, esos que separan la victoria de la derrota. Desde entonces Davidovich no volvió a ser el mismo. Comenzó a acumular errores no forzados que le abrieron las puertas a Kecmanovic. Hasta 46 aglutinó el español, 13 más que el balcánico, que dibujó su silueta sobre la pista dura de Delray Beach.
Es el segundo título de su carrera. Davidovich rozó conquistar su primer trofeo, se ilusionó con ello y por momentos llegó a tocarlo con la yema de los dedos. Se le escapó finalmente. Persigue con tesón la última pieza del puzle, en Delray Beach pareció haberla encontrado, pero no encajó de una esquina.