Copa del Rey: Barcelona 6 - Sevilla 1

El Barça se apunta a la Copa

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El Barça hace piña tras tumbar a un manso Sevilla.
Francisco Rabadán
  • Francisco Rabadán
  • Redactor jefe de deportes. He tenido la oportunidad de cubrir dos Juegos Olímpicos, varios Mundiales de distintas disciplinas y algún que otro All-Star de la NBA con los Gasol. De Córdoba y sin acento.

El Barcelona entró en las semifinales de la Copa del Rey tras aplastar al Sevilla en la vuelta de los cuartos de final. Los culés se dieron un festival de goles donde el VAR y una cantada de Soriano podrían haber cambiado el destino de la eliminatoria. Los culés alcanzan sus novenas semifinales de Copa consecutivas, demostrando que en este torneo no fallan ni aunque Piqué quiera.

El partido comenzó con el Barça en versión apisonadora ante un Sevilla que se plantó bien en las inmediaciones de su área a la espera de cazar un contragolpe que le diera la vida. Los culés, con tanta posesión en las inmediaciones de la área de Soriano, iban a tener tarde o temprano ocasiones, pero lo que no se esperaban los locales –o a lo mejor ya están acostumbrados– es que árbitro Sánchez Martínez se inventase un penalti inverosímil.

Corría el minuto 12 cuando Messi cazó un balón dentro del área y rodeado de rivales hizo una actuación que podría ser premiada en los Oscars. El jugador se hizo hueco y pegó una patada al suelo sintiendo la cercanía de Promes para sacar un penalti ante el que el VAR se hizo el sueco o directamente no estaba ni enchufado. Coutinho convertiría la pena máxima.

El Barça siguió atacando y atacando a un Sevilla que tuvo su momento, en apenas un minuto, para anotar un gol que podría haber cambiado el sino de la eliminatoria. Cillesen sacó con la ayuda del poste un tremendo remate de tacón de André Silva y el rebote cayó en un Roque Mesa que fue pisado por detrás por Piqué cuando se disponía a disparar. Banega pidió la responsabilidad y marró el penalti lanzándolo a media altura y flojito. El Camp Nou respiraba tras verse en el precipicio.

Los culés se recuperaron del susto y a los cinco minutos Arthur veía un desmarque de Rakitic al hueco para que éste anotase el gol rozando el balón. La salida de Soriano fue lamentable. Sus dudas le costaron un gol importante al Sevilla.

Tanto locales como visitantes entraron en un periodo de paz viendo que el resultado era suficiente para unos y daba opciones a los otros. La segunda parte decidiría un choque que tuvo 30 minutos iniciales frenéticos, pero que luego decayó por el miedo a hacerse daño de ambos.

Arrasando

El Barça, sin embargo, olió sangre al inicio de la segunda mitad. Los culés fueron a buscar la eliminatoria frente a un Sevilla dubitativo y sin apenas posesión de balón. Por si fuera poco, Soriano colaboró nuevamente en la remontada local cantando en un centro de Suárez que remató de cabeza al centro Coutinho. El portero lo tenía fácil para desviarla, pero no acertó ni a atajar ni a sacar el balón entrando manso por el centro de la portería.

Los locales tenían su minuto de furia y, a diferencia del Sevilla, sí que lo aprovechó para sentenciar a su rival. Sergi Roberto y Messi se combinaron en una jugada de tuya-mía para que el catalán rematase raso y anotase la sentencia en forma del 4-0 en el minuto 53.

El Sevilla se empezó a lamer la heridas a raíz de la relajación culé por haber conseguido terminar tan pronto su tarea. Andre Silva tuvo una opción de reengancharse a la eliminatoria, pero su cabezazo no encontró portería en el 62. Cinco minutos después, Arana no perdonaba a la contra con un remate duro que entró por la escuadra y daba esperanzas a los de Machín.

El partido entraba en una fase de descontrol absoluto. De cuerpo a cuerpo, de ocasión a ocasión, y donde parecía que el Sevilla tenía todas las de perder, Messi marró dos ocasiones que no suele fallar. La primera en el área pequeña gracias a una gran pierna de Soriano, mientras que la segunda dentro del área se le iba excesivamente escorado.

La eliminatoria podía caer de cualquier lado y finalmente el Barça consiguió poner la puntilla en el ataúd del Sevilla con un contragolpe de manual dirigido por Messi en el minuto 88, asistido por Jordi Alba y culminado al segundo palo por Luis Suárez. El Camp Nou, por fin, pudo respirar ante unos hispalenses que pecaron de ingenuos.

Por si fuera poco, los jugadores culés quisieron regalar al público una dulce despedida y de paso otorgar a Messi un gol –que no llevaba ningún gol en una manita– inolvidable en una sucesión de tacones en el área entre Piqué, Suárez, Alba y finalmente el argentino. Los azulgrana se dieron un atracón de goles.

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