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PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 9

El Atlético saca un punto de otra noche para olvidar

Marcó Julián en el primer minuto y a partir de ahí no hizo otra cosa que defender

Sucic empató al final y Oblak y Giménez evitaron una derrota más que merecida

Lamentable partido de un presunto aspirante que está ya a siete puntos del líder

El Atlético sacó un punto de otra noche para olvidar en la que dio una imagen de equipo pequeño. Marcó Julián Álvarez en el primer minuto y a partir de ahí la única respuesta fue colgarse del travesaño para defender el resultado. La Real Sociedad le sometió a un verdadero acoso del que acabó sacando provecho a los 83 minutos con un golazo del croata Sucic. Oblak y Giménez evitaron el desastre con una actuación imperial, pero el empate es por supuesto es por supuesto un resultado muy insuficiente para un presunto candidato al título que se va al parón a siete puntos de distancia del líder y, sobre todo, con una imagen de impotencia y de pocos recursos que es cada día más evidente.

Y eso que el arranque del Atlético fue tan efectivo como demoledor. Todo comenzó en la banda derecha con una apertura de Griezmann hacia Koke. El capitán prolongó hacia Galán mientras el francés tiraba una diagonal profunda hacia el área. Ahí fue el balón del lateral para que Antoine, de tacón, habilitara la llegada de Julián Álvarez, que resolvió con un disparo cruzado imposible para Remiro. Justo en el primer minuto de juego Anoeta se quedó en silencio. En completo silencio.

La Real Sociedad no bajó los brazos pese al gol y tiró de la profundad de Becker en banda izquierda. El de Surinam buscó una y otra vez la debilidad defensiva de Nahuel y en una de esas forzó un córner que acabó en el segundo palo, donde Zubimendi cabeceó anticipándose a Lenglet. Oblak voló para sacar el remate, pero ahí no acabó su trabajo porque el rechace lo cazó el marroquí Aguerd para soltar una volea ante la que respondió majestuoso el portero esloveno.

Todo lo que pasó a partir de ahí hasta que se llegó al descanso sucedió en campo rojiblanco. El Atlético fue totalmente sometido por un rival que no dejó de meter balones al área desde cualquier posición, pero que no encontró el camino para convertir en gol su aplastante superioridad. Giménez estuvo imperial en el corte, Witsel apareció a la ayuda de Nahuel y el que más problemas creó fue Kubo, pero su disparo al borde del final de la primera parte volvió a encontrar en Oblak una respuesta adecuada. La Real acabó marchándose frustrada a los vestuarios mientras Simeone movía la cabeza de un lado a otro, consciente de que su equipo no podía continuar así en la segunda mitad.

Pese a las instrucciones del entrenador el Atlético salió igual de acomplejado en el segundo acto mientras que Imañol añadió más leña al fuego con Brais Méndez. En el primer minuto Kubo ya había disparo a puerta y poco después Oyarzabal pidió penalti por un pistón de Giménez. Griezmann fue el primero que se rebeló contra la dictadura con un pase a los 56 minutos sobre Nahuel. El argentino tiró fuera, pero por lo menos se rompió la dinámica.

Barrenechea fue el siguiente en incorporarse al partido justo a la hora de juego y Simeone entendió que también había llegado el momento de tocar piezas. El argentino De Paul entró por Gallagher, que no había tenido su mejor noche, con la intención de conseguir retener el balón en el centro del campo y buscar una conexión con Griezmann que no había conseguido encontrar el inglés.

Poco a poco la Real fue perdiendo fuelle y el Atlético abandonó alguna que otra vez la caverna. Julián estuvo lamentable en la ejecución de un contragolpe en el que el equipo disfrutaba de una gran ventaja numérica. Fue el epitafio de la «araña», que a los 73 minutos abandonó el campo para que entrara entre una sonora pitada el noruego Sorloth con el objetivo no sólo de ser efectivo en ataque, sino también de ayudar en la estrategia defensiva. Al gigante nórdico se le unieron Riquelme y Reinildo, sustitutos de unos agotados Griezmann y Galán.

Ni el madrileño ni el mozambiqueño tuvieron tiempo de tocar el balón antes de que sucediera lo que se veía venir desde hacía una eternidad. De Paul perdió un balón sencillo en una salida al contragolpe y desde fuera del área el croata Sucic soltó un latigazo al que no pudo llegar ni siquiera Oblak. El empate a uno. El mínimo premio para una Real Sociedad inmensamente superior que se fue a los vestuario con la sensación de que había dejado escapar vivo a un Atlético que no mejoró la imagen tétrica que había dado el miércoles en Lisboa. Se viene una temporada de vacas flacas en el Metropolitano.