Deportes
PRIMERA DIVISIÓN / JORNADA 17

El Atlético derriba un muro de hormigón

Un gol de Sorloth en la segunda parte vale para derrotar a un Getafe hecho de cemento

Partido tremendamente complicado para un Atlético que marcó cuando peor estaba

El resultado le lanza al segundo puesto y le proclama como principal perseguidor del líder

En una matinal de pico y pala el Atlético tardó más de una hora en derribar el muro de hormigón que Bordalás edificó por delante de Soria, pero lo consiguió con un gol de Sorloth para sumar su undécima victoria consecutiva y saltar al segundo puesto de la clasificación a tan sólo seis días de visitar al líder en Montjuic. El Getafe exigió un esfuerzo máximo y durante la mayor parte de un partido que se hizo eterno puso en compromiso un resultado que se decantó cuando peor estaba el equipo. El 1-0 vale su peso en oro y demuestra hasta qué punto es fiable esta plantilla. La grada del Metropolitano tiene motivos para ilusionarse. Aunque hoy haya tocado almorzar bocadillo de cemento.

Simeone tenía clarísimo que Bordalás no le iba a dar ni la menor facilidad y salió al campo con el once de gala, consciente de que le esperaba un partido de pico y pala. Por si fuera poco, cuando vio la altura en la que defendia su enemigo ya tuvo claro a lo que venía el Getafe. El Cholo advirtió a sus jugadores, pidió prudencia y tranquilidad y se preparó para lo que venía.

12 minutos tardó el Atlético en localizar el primer hueco de la tarde. Lino le ganó la espalda a Nyom en el segundo palo tras un centro de Giuliano, pero su disparo, muy forzado, se marchó fuera. Lo mismo le sucedió poco después al brasileño, que adivinó la intención de De Paul y salió en posición legal, pero sin la precisión necesaria para impactar con el balón.

Pese a tiranizar el balón y meter al Getafe cada vez más atrás, el equipo tardó muchos minutos en volver a olfatear el gol. Y de nuevo sin acierto. Justo al borde de la media hora Giuliano recibió en el área y le dejó el balón a De Paul, que remató mordido y sin el menor peligro. A Simeone ya le sobraba el abrigo y le empezaba a faltar la voz, muy forzada para situar una y otra vez a sus futbolistas, incapaces de encontrar huecos para derribar el muro que tenían plantado delante.

Advirtiendo ciertos síntomas de cansancio en su rival, el Getafe se atrevió a visitar territorio extranjero. No llevó peligro, pero causó dudas entre un Atlético cada vez más nervioso. Julián protagonizó el primer disparo a puerta de la matinal a los 40 minutos, pero débil y a las manos de Soria, y Giuliano cerró el primer acto con un cabezazo desviado a los 42. El 0-0 con el que los dos se fueron al descanso era la justa consecuencia de un partido sin ocasiones. Justo lo que quería Bordalás. Justo lo que quería evitar a toda costa Simeone.

El Cholo no dudó en mover pieza en el vestuario y le proporcionó al equipo una referencia arriba para que por lo menos los centrales del Getafe no lo tuvieran tan fácil. Sorloth se incorporó al partido en sustitución de Lino y Julián cayó a la banda izquierda con el objetivo de encontrar el momento de gloria que se le había escapado en el primer tiempo. Barrios inició las hostilidades, pero el balón le cayó en la izquierda y no acertó en el remate.

Al paso por los diez primeros minutos Simeone volvió a mover pieza y cambió por completo la banda derecha. Nahuel Molina y Correa reemplazaron a Llorente y Giuliano mientras Bordalás, sintiéndose cada vez más seguro, se atrevió con Uche y Sola porque empezaba a percibir la posibilidad de llevarse el premio gordo. Con todo el estadio manteniendo el aliento Galán se anticipó in extremis a Álvaro en el segundo palo para evitar el 0-1. Desesperado, el Cholo recurrió a Koke para solucionar lo que cada vez tenía peor pinta, pero lo que nadie esperaba era que quien se marchara fuera Griezmann.

Fue entonces, en el peor momento de la tarde, cuando más dudas despertaba el Atlético y cuando más crecía el Getafe, cuando el partido cambió de rumbo. A los 68 minutos Koke abrió a Nahuel Molina y el centro del argentino al segundo palo lo picó abajo Sorloth para que el balón, tras botar en el suelo, superara a Soria y se alojara en la red. Lo que parecía imposible se había conseguido.

GØØØØØLAZOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO 👊👊👊 pic.twitter.com/gN5DjUcpcq