Mou ya tiene su Champions (2-0)

Final con solera. De esas que sientan a los aficionados de cualquier equipo delante de la televisión un miércoles de mayo para verla. Ocho Copas de Europa frente a frente: Ajax y Manchester United. Dos grandes del continente. Uno con la gloria más fresca que el otro, también hay que decirlo. Pero dos equipos de esos que imponen respeto siempre.

Los dos habían llegado hasta el Friends Arena de Solna demostrando que, aunque no si sufrimiento, habían sido los equipos más regulares de la competición. A pesar de esto en el ambiente se respiraba que el equipo de Mourinho iba a tirar de experiencia para llevarse una Europa League que les daba el pasaporte a la Champions. Y así fue en el primer acto. Tras guardar un respetuoso minuto de silencio que terminó en ovación por las víctimas por el ataque terrorista del Manchester Arena, arrancaba el fútbol.

Desde el inicio el United se mostró superior. Los de Ámsterdam pecaban de nerviosismo, mientras que el United tocaba, dominaba y creaba. Daba la sensación de que el primer gol llegaría más pronto que tarde y pronto lo confirmaron. No se había cumplido el minuto 20 de la final cuando Fellaini cedía para Pogba que solo, en la frontal del área, chutó con la fortuna de que el balón tocó en Sánchez y se coló sin que Onana pudiera hacer nada. Primer objetivo conseguido por parte de los ingleses.

Tras la diana poco más pasó en Suecia. Un disparo de Valencia y algún acercamiento aislado de los holandeses que no terminó de inquietar la meta defendida por Romero. El Manchester había conseguido neutralizar a ese Ajax alegre e imparable que se vio en cuartos y semifinales. Dolberg no gozó de ninguna ocasión y el hombre encargado de dirigir al equipo era Davinson Sánchez. Cuando tu central es el encargado de dirigirte algo no funciona bien. Sin más, se llegó al descanso de una final tan descafeinada como productiva para los de old Trafford.

Mkhitaryan lo cerró

La segunda mitad no cambió el guión. El United volvía a mandar y el Ajax lo intentaba, aunque con pocos resultados. Los de Mou eran conscientes de que su única meta era hacer un segundo gol que acabase con todo. Y así lo hicieron. Dos minutos tardaron en empezar a agarrar la Europa League. Mata ponía un córner que tocaba Smalling de cabeza y Mkhitaryan remataba de forma acrobática a la media vuelta y batía a Onana. 0-2 y duelo cerrado.

Todo lo que sucedió después fue irrelevante. El Ajax continuaba perdido, aunque nadie les puede reprochar que no lo intentaron. Mientras, el United dejando pasar los minutos sin mayores sobresaltos. De esta forma la final fue muriendo, sin ocasiones claras y con la emoción de ver a Rooney despedirse del United por todo lo alto. Ya no faltaba nada, sólo certificar que los Reds Devils volvían a saborear las mieles de un título europeo nueves años después.

Con esta victoria el United se garantiza su presencia en la Champions de la próxima temporada y Mourinho confirma que su apuesta ha salido a la perfección. El objetivo del Manchester era clasificarse para la máxima competición europea y lo han conseguido.