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El truco más viral para que tus toallas viejas estén como nuevas, suaves y sin bacterias

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El hecho de que las toallas estén limpias es igual de importante que la higiene personal, e incluso más. Sin embargo, esto no es nada sencillo, ya que suelen coger mucha humedad al estar colgadas en el baño y también se impregnan de malos olores. Así, es normal que con el paso del tiempo las toallas  se conviertan en un foco de gérmenes y bacterias y pierdan su suavidad. Por suerte, existe un truco casero muy sencillo para dejar las toallas viejas como si acabaras de comprarlas.

El mejor truco para que las toallas viejas estén como nuevas

Todo lo que necesitas es medio vaso de amoniaco y el detergente que suelas utilizar habitualmente para lavar las toallas. El proceso es muy sencillo y los pasos que debes dar son los siguientes:

  1. En primer lugar, introduce las toallas dentro de la lavadora. No metas ninguna otra prenda o ropa de cama. Tiene que ser una colada solo de toallas.
  2. Pon en el cajetín el detergente y medio vaso de amoniaco.
  3. Pon la lavadora en marcha a 60 grado de temperatura para eliminar todos los gérmenes y bacterias.
  4. Una vez termine el programa, pon las toallas a secar al aire sin que les dé la luz directa del sol porque sino se quedarán acartonadas.
  5. Cuando estén secas, comprobarás que las toallas están mucho más suaves y que las manchas han desaparecido completamente.

Puedes recurrir a esta solución casera siempre necesites suavizar tus viejas toallas para que parezca que las acabas de comprar. Si no tienes amoniaco en casa, no te preocupes. Puedes sustituirlo por vinagre blanco porque el resultado va a ser muy parecido.

Consejos prácticos

Por otro lado, hay una serie de consejos que debes conocer para cuidar las toallas como se merecen y alargar su vida útil. En primer lugar, siempre que vayas a lavarla, procura que sea a una temperatura alta, de al menos 60 grados. Así te aseguras de eliminar todos los microorganismos.

Por supuesto, debes prestar especial atención a las instrucciones del fabricante, así que lee muy bien la etiqueta para no estropear las toallas. Quizá creas que echando más detergente van a quedar más limpias, pero nada más lejos de la realidad.

Es más, el efecto es el contrario, ya que añadir demasiado detergente acabará estropeando las toallas. Y, por último, recuerda que es mejor no utilizar suavizante porque este reduce la capacidad de absorción de las toallas.