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El técnico me dio este consejo y desde entonces mi lavadora no ha vuelto a oler mal

Este consejo es clave para prevenir la formación de moho y bacterias

  • Janire Manzanas
  • Graduada en Marketing y experta en Marketing Digital. Redactora en OK Diario. Experta en curiosidades, mascotas, consumo y Lotería de Navidad.

El mal olor en la lavadora es un problema relativamente común en la mayoría de hogares, aunque, por suerte, tiene fácil solución. Este electrodoméstico tiene una característica que, de no manejarse como es debido, puede dar lugar a un ambiente propicio para la formación de malos olores: el tambor y las juntas de goma. Aunque son zonas que a menudo pasan desapercibidas, en realidad son puntos críticos donde se acumula humedad y restos de detergente o suciedad. Esto crea el ambiente perfecto para la proliferación de moho, hongos y bacterias.

Por otro lado, el agua que queda estancada en las juntas o en el interior del tambor no siempre se evapora por completo entre ciclo y ciclo. Esto contribuye a un ciclo continuo de humedad, que es el principal responsable del mal olor. La falta de ventilación y de una limpieza adecuada pueden empeorar este problema, creando una capa de suciedad que se convierte en un caldo de cultivo ideal para los microorganismos.

El truco para evitar que la lavadora huela mal

Todo comenzó cuando mi lavadora empezó a emitir un olor desagradable, que parecía imposible de eliminar. Tras varios intentos de limpiarla con productos comerciales, y tras seguir los consejos de tutoriales online, el mal olor persistía Decidí llamar a un técnico para que revisara el electrodoméstico. Lo primero que me dijo fue algo que parecía demasiado simple como para ser efectivo, pero solucionó el problema: «Deje la puerta abierta después de cada lavado».

Aunque en un principio no entendí del todo la importancia de este consejo, el técnico explicó que, al dejar la puerta entreabierta, permitimos que la lavadora se ventile. Esto evita que la humedad quede atrapada dentro, lo que a su vez previene la formación de moho y bacterias. En principio, parece un consejo simple, casi trivial. Sin embargo, tiene un fundamento técnico que no solo afecta a los malos olores, sino también al rendimiento general del electrodoméstico.

El principal causante de los malos olores en la lavadora es la humedad atrapada. Cuando cerramos la puerta de la lavadora después de un ciclo, la humedad generada por el agua de lavado y enjuague queda atrapada en el interior. Este ambiente cerrado y húmedo facilita la proliferación de hongos y bacterias. Al dejar la puerta abierta, el aire circula libremente, lo que permite que el interior se seque más rápidamente.

Cabe señalar que el moho es uno de los principales responsables del mal olor en las lavadoras. Este crece en lugares húmedos y oscuros, como las juntas de goma del tambor. Cuando se deja la puerta abierta, el moho tiene menos posibilidades de formarse, ya que el interior de la máquina se seca antes de que las condiciones sean favorables para su crecimiento.

Las bacterias son otro factor importante a considerar, especialmente aquellas que se alimentan de los restos de detergente o de suciedad en los rincones del tambor. Las bacterias crecen en lugares húmedos y mal ventilados, lo que hace que la lavadora sea un lugar ideal para su desarrollo. Dejar la puerta abierta previene este escenario.

Consejos adicionales

Dejar la puerta abierta es solo una de las medidas que puedes tomar para que la lavadora se mantenga en perfectas condiciones y libre de olores desagradables. Además de este sencillo hábito, existen otros consejos prácticos que pueden ayudarte a mantener tu electrodoméstico limpio y funcionando correctamente.

  1. Una de las maneras más efectivas de evitar los malos olores en la lavadora es realizar limpiezas periódicas. Aunque puede parecer un paso obvio, muchas personas olvidan limpiar el interior de la máquina. Para ello, lo mejor es hacer un ciclo de lavado vacío usando vinagre blanco o bicarbonato de sodio una vez al mes para mantener la lavadora libre de olores desagradables. Este ciclo ayudará a eliminar restos de detergente, suciedad acumulada y bacterias. Además, el vinagre actúa como un desinfectante natural y elimina el moho que puede formarse en las juntas y en el tambor.
  2. Es importante secar las partes más susceptibles a la acumulación de humedad, como las juntas de goma y el tambor, después de cada lavado. Especialmente en las lavadoras de carga frontal, estas zonas tienden a retener agua después de cada lavado. Si no se secan correctamente, la humedad puede convertirse en un caldo de cultivo para hongos y bacterias, lo que contribuye a los malos olores. Tras cada uso, pasa un trapo limpio y seco por las juntas y el tambor, ayudando a que se elimine cualquier humedad residual.
  3. Otro factor clave para evitar malos olores es el uso adecuado de detergente. A veces, el exceso de detergente puede generar residuos que se acumulan en el interior de la lavadora, especialmente en las mangueras, filtros y en las juntas de goma. Estos residuos pueden generar un olor desagradable y reducir la eficiencia del electrodoméstico.