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Si has tomado estos platos en tu infancia eres de clase media o baja

Toma nota de los platos de tu infancia que indican si eres de clase social media o baja

Patatas a la riojana de Arguiñano: receta clásica paso a paso

  • Gemma Meca
  • Licenciada en Historia, máster en Periodismo y Comunicación Digital. Redactora en Ok Diario. Cuento historias, soy amante de los astros, sigo a la luna, los TT de Twitter y las tendencias en moda. Experta en noticias de consumo, lifestyle, recetas y Lotería de Navidad.

Los platos que tomamos de pequeños son algo que difícilmente olvidaremos y nos indican claramente si somos de clase media o baja. Quizás no en España, donde las abuelas y madres cocinaban como si cada día estuviéramos visitando el mejor restaurante de la ciudad. No valoramos algo, hasta que lo perdemos, aunque seguro que no podemos olvidar ni ahora ni nunca, esos platos reconfortantes que nos convirtieron en quienes somos ahora. La comida era una fiesta que se ha convertido en un puro trámite.

Hubo un tiempo en el que no se contaban calorías, sino que se disfrutaba de una comida que no engordaba. La buena materia prima de aquellos días ha dado paso a lo que tenemos hoy en día. Quizás nada tienen que ver aquellas recetas actuales con las actuales, aunque fueran más baratas, eran algo, simple, pero maravilloso. Quizás eran las sartenes de la abuela que durante 50 años se mantuvieron intactas o ese secreto ancestral de las mujeres de una familia que no se media por ingresos, sino que vivían inmersos en la más absoluta felicidad en todos los sentidos. Una revista especializada ha dado con los platos de tu infancia y clase social.

Los platos que comíamos de pequeños

En España ha habido una generación que se ha alimentado con recetas de las de toda la vida y alimentos de temporada. Hoy en día encontramos de todo en el supermercado, pero hace unos años no era así. El otoño era sinónimo de llegar a casa y oler las manzanas en el horno o de merendar un dulce auténtico como los higos.

Los días de frío se pasaban con una sopa caliente, hecha con un caldo casero en cuya base estaba la carne de las mejores croquetas del mundo entero. No eran platos caros, pero sí estaban deliciosos. De la misma forma que esa tortilla de patatas que nos servían en las cenas rápidas de los 90, eran un placer en todos los sentidos.

El tiempo se medía de otra forma en una infancia repleta de platos de cuchara, de ensaladillas hechas con productos de la huerta y de deliciosas carnes guisadas a la perfección. La cocina española es sencilla, pero deliciosa, barata, pero extraordinariamente rica en sabores.

No se necesita mucho para conseguir lo máximo, en especial si se realiza con el cariño y la atención necesaria.

Si has comido estos platos eres de clase media o baja

Los Estados Unidos es el lugar en el que procede un estudio de las recetas que caracterizan a la clase baja o media. Allí los congelados y los procesados son sinónimo de clase baja, no es por la calidad de las recetas, sino por el precio que cuesta y lo que acaban cundiendo.

Unos macarrones con queso, de bolsa, es decir, de esos que vienen hechos y solo hay que mezclar los ingredientes con agua y esperar que se cocinen, son muy baratos y las clases bajas lo usan. En España podríamos tener el equivalente al puré de patatas de bolsa, ese que sólo se añade leche o agua para tener listo, algo que no usábamos casi nunca hace unos años. Las patatas eran y son baratas, como para usar un sustituto que aunque sea más barato no tiene la versatilidad de estas piezas.

En otros países la cocina se vive de otra forma. Aquí, podemos tener en mente el clásico arroz blanco, como uno de nuestros platos estrella de bajo coste. Era un primero que se solía preparar con un poco de tomate entero o partido por la mitad y un chorrito de aceite de oliva. Cubría con creces su papel de primer plato y costaba unos céntimos.

Los platos más baratos españoles, no son los de otros países, aquí los precocinados son algo nuevo que no todas las casas han usado. Las legumbres de bote quizás han revolucionado el sector del bajo coste en la cocina española. Es una manera de comer sano, por muy poco dinero. Pueden ir acompañadas de verduras o del clásico chorizo que podemos degustar de muchas formas posibles.

Los embutidos más baratos o caros son en esencia lo mejor de una gastronomía que tiene ese básico baratísimo e imprescindible, el pan. Un huevo frito con pan es posiblemente uno de esos placeres que marcan las casas de los pobres o de la clase media, pero en realidad es una de las mejores opciones para comer bien.

La diferencia de España con otros países es que, siendo pobre, no se comía mal. En Estados Unidos se hace más difícil con poco dinero comer alimentos saludables, en su lugar, se sustituyen por alimentos procesados que no son buenos para la salud, pero que permiten equilibrar las cuentas de los hogares más pobres.